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La notable intérprete de “pedal steel guitar”  aceptó una entrevista con Zona 54, en medio de sus presentaciones en New York y Baltimore. Sus comienzos, búsquedas y proyectos atraviesan diversos géneros musicales.

 

. Susan, ¿a Ud. le gusta hacer reportajes periodísticos?

Si, aunque para ser honesta, depende de las preguntas. Disfruto de las entrevistas. Me gusta hablar con la gente.

. Desde sus comienzos en el estudio de la guitarra y escuchando música, ¿cuáles son los géneros que siente más propios, más arraigados en su identidad? ¿El blues, el folk, el rock, el jazz…?

Mis comienzos escuchando música son probablemente como la mayoría de la gente, de niña escuchando lo que había en casa. Mis padres escuchaban jazz y la música de Big Band que bailaban cuando eran jóvenes, en los años 40, así que escuché mucho a Glenn Miller, los Dorsey Brothers, Ella Fitzgerald, Dixieland, incluso Thelomius Monk. Mi madre tocaba el piano, mayormente canciones religiosas, y escuchaba música clásica, eso era parte de mi temprano universo de sonido. Al crecer, por supuesto, la radio era tan importante como la música que compartían mis amigos. Me gustaban los “girl groups” de los comienzos y mediados de los 60, también el rock, el blues, la “British invasion” (The Beatles, Rolling Stones, etc.).

Sin embargo, a diferencia de la mayoría de la gente, no estaba muy satisfecha sólo con la música que tenía a mí alrededor, así que empecé a buscar otras cosas (esto en épocas antes de internet, cuando encontrar música no era una tarea fácil, especialmente si no vivías en una gran ciudad). Durante mi adolescencia y juventud empecé a estar fascinada con el rock, Frank Zappa, el blues, el “outside” jazz de John Coltrane, Sun Ra, y Ornette Coleman, música clásica del siglo XX, bluegrass, country-western y música africana, también gamelan. Desde ahí mis horizontes  se expandieron. Estudié música clásica de India, y quedé encantada con la música de Olivier Messiaen. Empecé a escuchar a la nueva canción y la trova. La compositora y filósofa Pauline Oliveros tuvo un gran efecto en cómo veo las cosas, así como la aparente simpleza de tocar en bandas de country-western durante 20 años. 

Hay un antiguo refrán inglés que dice “piedra que rueda no cría musgo” y creo que he sido eso, siempre buscando algo diferente, algo que me hable de un modo en que otras cosas no lo hacen. Entonces, ¿hay un género que esté arraigado en mi identidad? Tal vez es cada música que he amado, que he escuchado, y que he pasado tiempo tocando. Esas son mis raíces, raíces que constantemente se mueven y cambian.

. ¿Y cuáles son aquellas primeras canciones que sonaron en su guitarra?

Empecé a tocar la guitarra cuando tenía 12 años. Las primeras canciones que toqué eran probablemente canciones muy simples del folk norteamericano de los 60s. En la guitarra de pedal de acero, la que fue, para mi al menos, un instrumento difícil de aprender, las primeras canciones que toqué fueron seguramente algunas de Hank Williams, tal vez “You’re Cheatin’ Heart” o “Hey Good Looking”.

. ¿A qué músicos recuerda con afecto o admiración?

Hay muchos. Recuerdo con profunda admiración a los mismos músicos que miles o millones de personas admiran, John Coltrane, Mercedes Sosa, Oliver Messiaen, Astor Piazzolla, Nina Simone, el intérprete de pedal Steel guitar Buddy Emmons, y unos cuantos otros. El afecto es algo que viene con la experiencia personal. Recuerdo amigos, que han partido, con los que toqué en bandas cuando era más joven. Recuerdo sus tonterías juveniles, sus bromas.

Me acuerdo de Bobby Bownam, un guitarrista que arregló y reconstruyó mis instrumentos por más de treinta años y que me trató como a una hermana. Recuerdo a Maurice Anderson, mi mentor. Recuerdo amigos, músicos, que murieron demasiado jóvenes. A veces, cuando estoy tocando, siento casi como que sus fantasmas o sus espíritus estuvieran sentados al lado mío y habitando algunas de las notas que toco. Tal vez somos todos así…

. ¿Cuándo aparece en su vida el “pedal steel guitar” y por qué?

La “guitarra de acero con pedal” apareció de repente en mi vida en 1974. Era una estudiante universitaria de 21 años, con algunos amigos fuimos a un bar donde había una banda country tocando. Mientras la banda tocaba, quedé encantada por el misterioso y hermoso sonido saliendo de lo que parecía un teclado o una citara. Y una barra brillante que parecía estar flotando arriba y cambiando el tono de las cuerdas. Me quedé enganchada, al otro día decidí salir a buscar una y con la esperanza de encontrar a alguien que me enseñara a tocarla.

. Cuéntenos sobre su interés por la música étnica, la filosofía y la búsqueda interior.

Creo que toda la música de alguna manera es étnica. Todos tenemos raíces, donde crecimos, lo que escuchaban nuestros padres, la música de nuestras culturas. Eso es universal, pero ¿que hacemos con eso? Ahí es tal vez donde las diferencias individuales se hacen importantes, ¿que hace a alguien un innovador, un revolucionario, un conservador o un purista?

Todos estamos vivos en este planeta por un tiempo limitado. ¿Que hacemos con esta corta y preciada vida? ¿Cómo encontramos paz, amor, claridad y silencio (incluso si realmente solo existe como una abstracción)? Inspiramos y exhalamos, pero ¿como respiramos? Escuchamos, ¿pero cómo? Y qué es nuestra comunicación. Estas son, creo, las preguntas y las respuestas.

. Vivir en Houston, o en Baltimore, ¿han influido en la composición de sus canciones?. Quiero decir: ¿el medio ambiente natural y la historia de una comunidad, influyen decisivamente en la obra de un artista?

Esa es una buena pregunta, no estoy segura si sé como contestarla. La respuesta sería, creo, que sí. Como seres humanos estamos afectados por nuestros entornos, la gente a nuestro alrededor, las culturas, el clima, los sonidos que oímos.

Houston es una ciudad al sur de los Estados Unidos lo que significa que el clima es bastante cálido y por su cercanía al Golfo de México muy húmedo y tranquilo. La gente se mueve más lento. La ciudad está bastante apartada, así que la gente tiende más a moverse en auto y a veces sólo salen para correr entre el aire acondicionado de la casa al del auto o el de una tienda o restaurant. Es una ciudad cosmopolita, pero los diferentes grupos étnicos rara vez interactúan en un contexto cultural significativo.

Baltimore está en un área llamada del Atlántico Medio,  el sector de antiguas ciudades costeras entre New York y Washington DC. Los veranos son cálidos y los inviernos fríos. La energía acá es más frenética, mas acelerada. Es también una de las tres o cuatro ciudades que compiten por la dudosa distinción de Capital del Asesinato de los Estados Unidos. En Baltimore y en la Costa Este la gente vive en casas adosadas, mucha gente no tiene auto, así que caminan más, tal vez eso les da la oportunidad de interactuar entre diferentes culturas. Aquí encuentro esa mezcla en la música. Baltimore tiene mucho de la cultura “hazlo tu mismo” y están acostumbrados a la música inusual, las audiencias escuchan con oídos y mentes abiertas. Tal vez eso es lo que me trajo a esta ciudad.

. ¿Cómo llega a Piazzolla y a Mercedes Sosa? ¿Qué encuentra en el tango y en la canción latinoamericana?

Es una larga historia. Descubrí a Mercedes Sosa por lo que estaba pasando en los 70 y 80 en Argentina, Chile, Videla, Pinochet, y en toda Latinoamérica. Recuerdo ver todo esto en las noticias cuando estaba en la universidad y sumado a la indignación porque mi país estaba promoviendo esa represión y las matanzas,  me llevó la propia naturaleza humana de las consecuencias que tuvo. Estaba animada a descubrir la música de la nueva canción. Mercedes Sosa (también músicos como Silvio Rodríguez, Víctor Jara y Violeta Parra) para mi simbolizaban la lucha por la decencia humana, la justicia social, por una vida mejor. Hay algo profundo en la pasión y el sentido de bravura en su voz.

A Piazzolla lo descubrí a mediados de los 80 cuando tocó en Houston, donde yo vivía en ese momento, con su quinteto (de hecho, un sexteto con Daniel Binelli). Creo que fue en 1987. Había algo en su presentación que me cautivó. Recuerdo mirar la mano izquierda del pianista, como siendo llevada por las notas mas bajas que tocaba. Sentí que resonaba con algo en mis huesos, y por supuesto la musicalidad y profunda pasión de la música. Después de eso, estaba deslumbrada, tal vez maldita, por el deseo de aprender su música y algún día grabarla. 

Lo que encuentro en la música latinoamericana, por lo menos en la que escucho, es una pasión y una sensibilidad, una historia compartida que de alguna manera pienso que está ausente en la música norteamericana. Pero para ser honesta, a veces sólo te gustan las cosas y no sabes por qué, sólo lo haces y sigues tu camino.

. ¿Cuál es su agenda de actividades en la actualidad?

Durante el ultimo año, o dos, estuve muy ocupada tocando, escribiendo y grabando, y de gira, mayormente en Estados Unidos. Toco bastante como solista y estuve involucrada en proyectos musicales de otros.

. ¿Y sus proyectos musicales?

“Soledad”, el álbum con música de Piazzolla que fue lanzado en 2015 llevó bastante tiempo y energía y parece que la gente quiere escucharme tocar ese material. Hasta donde sé, esta es la primera y única grabación de Piazzolla hecha en pedal Steel guitar (y espero que el maestro no se esté retorciendo en su tumba).

También toco mucho con otra gente últimamente. Un grupo con el que estoy muy entusiasmada es el Mary Halvorson Octet. Mary Halvorson, una increíble guitarrista escribió y arregló la música. La banda (con excepción de mí) incluye algunos de los mejores músicos de jazz de New York. Otro grupo es el Nate Wooley Quartet. Nate es un inimitable y virtuoso trompetista con una profunda y singular visión.

Espero grabar mas en 2017, música que estoy escribiendo y música de otros compositores. Estoy cautivada con las composiciones del marplatense Marcelo Alberto Lo Bianco y espero grabar algo de su música.

. ¿Piensa visitar Argentina y hacer algunos recitales aquí?

He estado en Argentina tres veces, en 2003 fui a Mendoza, después en 2004 y en 2007 visité Buenos Aires. Argentina ocupa un lugar especial en mi corazón y volvería en un instante si fuera invitada.

Entrevista: Jorge Núñez Arzuaga

Traducción: Maribel Núñez