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Las autoridades de Myanmar mantienen hoy la paz como la gran meta del país, reafirmada en el inicio de un año en el que esperan alcanzarla, según expresó la consejera de Estado Aung San Suu Kyi.

 

Dos actividades relacionadas con ese objetivo ocuparon la víspera a la principal figura del gobierno que asumió en abril pasado con el compromiso de lograr la reconciliación nacional y así poner fin a décadas de conflictos en este estado multiétnico.

Una fue la inauguración del Centro para la Paz y la Reconciliación Nacional y luego un encuentro sobre el mismo tema con jóvenes representantes de diferentes regiones y grupos sociales, entre otros participantes.

Al referirse a la apertura de la mencionada institución en el día de Año Nuevo, Suu Kyi afirmó que la razón de hacerlo en esa fecha es 'porque deseamos que nuestros esfuerzos de paz tengan éxito en 2017'. Su mensaje incluyó un llamado a la cooperación de todos en ese proceso y también destacó la importancia de dar, más que de recibir, en el empeño con el referido fin.

Posteriormente, en un discurso la citada reunión, reafirmó que una de las principales prioridades es la paz interna, junto con el mejoramiento de la vida de la población, cuya interrelación recalcó.

Al respecto recordó que solo cuando se alcance la primera, la segunda se hará realidad y entonces así se mantendrá la paz.

Mientras, el presidente Htin Kyaw señaló que en 2016 se realizaron constantes esfuerzos para el éxito de las políticas con el mismo propósito, que ahora pueden continuarse para su materialización en 2017, añadió.

Frente al aliento que puedan insuflar estas reiteraciones, está la realidad de que los conflictos persisten, como en los norteños estados de Kachin y Shan, que vivieron nuevos episodios de enfrentamientos entre grupos armados y tropas del Ejército en 2016.

También en el occidental de Rakhine, escenario de más tensiones desde octubre pasado, cuando tres puestos fronterizos fueron atacados, con saldo de varios policías muertos, a lo que siguieron operaciones de limpieza y denuncias de violaciones de los derechos de la minoría rohingya.

Por los recientes sucesos en ese territorio miles de personas huyeron hacia otras zonas, incluido el vecino Bangladesh, todo lo cual llamó la atención de países como Malasia e Indonesia.

El tema fue analizado en una reunión en Rangún de los cancilleres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático solicitada por la consejera de Estado Suu Kyi para explicar los esfuerzos por una solución y en la que la anfitriona recibió compromisos de ayuda para ello.

Ante todos estos hechos, sin dudas, los avances hacia la paz serán el gran indicador de la gestión del gobierno de Myanmar en 2017. (Prensa Latina)