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Se realizó una charla en la sede de CTA de los Trabajadores Mar del Plata, con el maestro Jorge Belanko, Ricardo Tamalet, Graciela Gachi Ramundo e Ignacio Concetti.

 

“La bioconstrucción se basa en construir con materiales naturales, como fue siempre en la historia del ser humano hasta que empezó la revolución industrial. De todos modos, hoy en día hay un alto porcentaje de los habitantes del mundo que viven en casas construidas con materiales naturales como la tierra, que es lo más abundante, pero hay otros materiales que -depende del lugar, del clima-, se consiguen más fáciles”, explica Jorge Belanko a Zona 54.

- ¿Se revaloriza la construcción de la propia casa?

- Es algo que tiene que ver con los cuatro pilares que, según pienso, han sostenido la evolución del ser humano sobre este planeta: conseguir los alimentos, construir el refugio, comunicarse con sus pares, y la espiritualidad. Sobre esos cuatro pilares principales es que se ha edificado el ser humano.

- ¿Y las técnicas que se utilizan son comunitarias?

- Es algo esencial, la familia, la tribu, la comunidad. Por eso la gente joven hoy en día tiende a formar comunidades, porque eso es más económico -generalmente se mira en primer lugar ese tema porque estamos viviendo en un sistema capitalista, “el Dios dinero”- pero es algo natural eso de juntarse en comunidad para construir. Hay muchas comunidades nativas que lo hacen porque es normal ellos.

- La bioconstrucción es un sistema  aprobado por diversos municipios, ¿de qué se trata?

- Hoy en día, ecológicamente, nos está llegando el agua al cuello, entonces tenemos que buscar alternativas, y una de ellas es utilizar materiales no industrializados. Éstos  sí o sí contaminan, no solamente en la extracción sino en la elaboración porque todos necesitan temperatura, y para producirla hay que quemar por lo general combustibles fósiles, no renovables. Esa combustión produce dióxido de carbono que colabora con el calentamiento global, y toda la temperatura producida va al medio ambiente. Además el transporte, porque generalmente hay que llevarlos hasta la casa en construcción; hay que fabricar el acero para los vehículos que los transportan; esos vehículos se desgastan, se rompen; las rutas también se deterioran, hay que conservarlas; hay que cargar y descargar; pasa a través de varias manos en que los intermediarios toman su parte y cuando llega al autoconstructor o al que tiene que vivir en esa construcción, aparte de ser contaminante se ha perdido mucha energía en el camino…

- ¿Cuál es el mensaje para quienes no conocen esto?

- Bueno, venimos de varias generaciones de utilización de materiales industrializados, y no podemos culparlos, porque en realidad actuamos según la cultura impuesta; si hubiera nacido en Japón sabes cómo hablaría en japonés, pero nací acá, entonces debo comprenderlos… no pueden querer lo que no conocen. Tenemos la responsabilidad de informar y mostrar de qué se trata. Hoy en día me parece hasta un milagro lo que está ocurriendo, yo no pensé verlo, como es algo exponencial, porque yo enseñaba a 25 personas en un taller, ellos le cuentan a sus parientes y amigos, se reúnen haciendo esta clásica minga y ahí se aprende un montón, los que desconocen conocen, y a su vez después se reúnen en otro lugar y levantan otra casa o ayudan y en fin, sabemos que cuando la gente se junta se pone peligrosa y aparecen las soluciones. Lo nuestro es eso, fomentar el trabajo comunitario que es algo histórico y ancestral y que está en nuestros genes. No lo hacemos por la gente, lo hacemos por nosotros mismos, porque cuando yo le ayudo a alguien es como que me cargo unas pilas, que cuando necesito pido profundamente y todo se da. Por eso digo que es buen negocio ser solidario, porque uno acumula esa energía. El trabajo acumulado siempre florece.

Por otra parte Ricardo Tamalet amplía los conceptos de Belanko:

“La bioconstrucción así como está concebida hoy, es construir con materiales naturales y con responsabilidad, respetando a la naturaleza, la vida y las personas que viven en esas casas. Antes se llamaba construcción natural”.

- ¿Y cuáles son las ventajas?

- Por un lado las condiciones que mejoran el funcionamiento de la vivienda, en cuanto a que necesita menos calefacción, menos refrigeración, hay menos humedad, muchas ventajas que tiene para la salud. Además la construcción natural no tiene escombros, la tierra que se cae la mojas y la volvés a utilizar; utilzás madera que es recuperable siempre, y sino es orgánico y se degrada, no es como el cemento, como el hierro, como el aluminio. Desde mi punto de vista, y como yo lo tomo, es una forma de vida. Cuando empezás a construir tu casa empezás a vivir de modo más coherente, de otra forma, entonces empezás a tener otra relación con el entorno donde vivís. Seguro tenés una huerta, recuperas el agua de lluvia…  tomas más conciencia. La bioconstrucción implica un montón de cosas que estamos recuperando con el tiempo.

- ¿Desde cuándo haces esta experiencia?

- Yo hace seis años que tomé mi primer taller, hice mi casa y hace cuatro que estoy promoviendo y difundiendo la bioconstrucción. Se necesita mano de obra capacitada, para que pueda dar respuesta a la gente que quiere construir, acá hay mucha teoría y poca práctica.

Ahora en Acantilados estamos construyendo un aula con una biblioteca, son más de 80m2 y viene a ser la parte práctica de esto.

- ¿Cuál es el período de capacitación?

- La capacitación arrancó en marzo de este año y está terminando ahora a fines de noviembre o principio de diciembre. Y va a seguir en marzo del año que viene, calculo que a mediados de febrero ya van a empezar las inscripciones