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Juan Ferreyra, presidente de la Mesa Directiva provincial bonaerense del Partido Intransigente, visita Mar del Plata para participar de la jornada que reúne este fin de semana a dirigentes y militantes de esa fuerza política.

 

Intransigentes de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires discutirán sobre el rol del partido en esta etapa de la vida política argentina, la identidad partidaria y la confluencia frentista, en el marco de la construcción de una nueva mayoría.

Juan Ferreyra estuvo en la redacción de Zona 54 y dejó sus impresiones respecto al panorama nacional y las perspectivas del futuro inmediato:

“Es un escenario donde los intransigentes nos encontramos nuevamente en esta historia cíclica del país, con toda la voluntad política de contribuir y aportar a la búsqueda de soluciones”.

- Por dónde pasan esas soluciones…

- Fundamentalmente hay que hacer un diagnóstico claro de cuál es la situación actual, y cuáles fueron las causas que nos trajeron hasta aquí. Sabíamos que se iba a llegar a esto teniendo enfrente un gobierno neoliberal, así lo marcamos en la elección de 2015, donde el PI apoyó la fórmula de Daniel Scioli a presidente de la nación y Aníbal Fernández a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Hoy en día obviamente la crisis se palpa hasta en la gente que no quiere verla, muchos votantes que han terminado desencantados con la propuesta del gobierno de Macri y de Vidal, una propuesta que en su modelo económico ha favorecido la especulación financiera, la destrucción del mercado interno, de la industria nacional y de los sectores agropecuarios pequeños y medianos. Obviamente ha afectado a los sectores más débiles de la sociedad, y es precisamente a quienes nosotros tenemos que defender, a la clase trabajadora, a la clase media.

- El descontento ya no lo pueden tapar con nada.

- Así es, con las últimas maniobras del gobierno tratando de bloquear las convenciones colectivas de trabajo, poniendo límite a las paritarias, aumentando día a día el costo de vida y la inflación creciente, con una reforma previsional que es delictiva porque vemos que esos 70 mil millones de pesos que teníamos como un depósito y como una garantía de sustentabilidad del sistema se han esfumado, y ahora son parte de la fuga de capitales y de la especulación financiera. Vemos con muchísima preocupación esta reforma laboral que se viene, y este panorama del endeudamiento, que lo hemos denunciado permanentemente desde que este gobierno ha mostrado cuál era el programa del cual históricamente hemos estado en contra el PI y el resto de las fuerzas del espacio nacional y popular que integramos Unidad Ciudadana en la última elección.

- ¿Cuál es el aporte del Partido Intransigente dentro de Unidad Ciudadana?

- Nosotros creemos que hay que atacar las causas de la dependencia económica, financiera, social y cultural, y empezando por la economía pienso que tenemos que hablar de cómo recuperamos lo nuestro, de cómo evitamos estas maniobras de fuga, de especulación, cómo paramos esta deuda, por lo menos en cuanto a la revisión porque es una deuda totalmente ilegítima e incobrable. Fíjate que cuando termina su mandato Cristina, hace solamente dos años y cinco meses, la deuda bruta desde el punto de vista público y privado era de 157 mil millones de dólares, hasta fue reconocida por el oficialismo cuando se aprueban las cuentas. Hoy en día tenemos una deuda a fines del año pasado -pública solamente- de 232 mil millones de dólares, y Ámbito Financiero antes de ayer indicó que la deuda bruta (pública y privada) según consultoras privadas estaría ascendiendo a 342 mil millones de dólares. Esto quiere decir que más que duplicaron en dos años y cinco meses la deuda. Nosotros definimos a la deuda como un genocidio silencioso, porque es la que durante los 90 trajo la desesperación, la imposibilidad de sustento de los jubilados, la desocupación permanente, y la afectación de nuestras familias.

- ¿Este acuerdo que pretende el gobierno con el FMI tiene que discutirse en el Congreso?

- Por supuesto, es lo que estamos pidiendo. Es más, el Congreso tiene que hacer una revisión de esta irregularidad manifiesta. Esto cuando se discutió en el Congreso nacional en 1986 a raíz de la deuda contraída por la dictadura militar y que fuera reconocida por el presidente Alfonsín, a iniciativa del PI siendo Oscar Alende el presidente del bloque, dos de nuestros diputados, Monserrat y Arabolaza, advirtieron que la deuda externa tenía muchísimo de delictivo y toda la sintomatología de una tragedia para los argentinos. Estas son las cosas que tiene que revisar el Congreso, y tiene que desaprobar este tipo de financiamiento externo que es altamente gravoso para nosotros, está hipotecando por décadas y en el larguísimo plazo las posibilidades de emancipación, de tener una soberanía económica que tuvimos hasta hace muy poco. Durante los últimos doce años del gobierno de Néstor y de Cristina, fue la política la que dirigía la economía, como debe ser. Hace falta posicionarnos, desde el punto de vista de la defensa del interés general y desde allí construir el programa económico, industrial, comercial y laboral en beneficio de los argentinos. El gran atributo de la nación es el pueblo.

- Cada vez es más fuerte el reclamo de unidad en la oposición. Se logró esta semana con el proyecto de ley para frenar los tarifazos. ¿Se podrá para las próximas elecciones? ¿Hay 2019?

- Es el desafío que tenemos. Como diría Scalabrini Ortíz, “unir es lo fundamental”, y unir “sobre” lo fundamental, es decir todos los partidos de raigambre nacional y popular que nos proyectamos a la vida cívica en la Argentina y nos identificamos con la intransigencia de Alem y de Yrigoyen, que fueron el primer movimiento histórico, y luego con las ideas del movimiento político que Perón encarnó después del 17 de octubre de 1945, y obviamente con los doce años de gobierno que tuvimos entre 2003 y 2015, tenemos que reivindicar esas banderas, nos tenemos que hacer cargo de sintetizar y articular la mejor herramienta política, y tenemos muchísimas esperanzas porque el pueblo argentino lo demostró en esas tres etapas históricas. En sus peores momentos, la del régimen falaz y oligárquico anterior a Yrigoyen; la de la década infame anterior a Perón; la de la década del 90 anterior al kirchnerismo, el pueblo supo levantarse y emergió en esos tres espacios políticos la conducción que le dio cabida a cada uno de sus reclamos y que sustentó y mantuvo con mucha fortaleza el interés nacional. El frente electoral no solo tiene que ser político, sino también social y cultural. Con los gremios, con los pequeños y medianos empresarios, con los productores agropecuarios, con los comerciantes, con los estudiantes, que son los que más sufren con los programas de ajuste que aplica el Fondo Monetario Internacional.