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Palabras de Pablo Micheli en el plenario de delegados, realizado por las CTA (de los Trabajadores y Autónoma) en Avellaneda, donde se decidió un Paro Nacional para el 30 de marzo.

 

Dijo Micheli:

“Muy impactado por este plenario. No es que no hayamos estado reunidos con los compañeros de la mesa en otros plenarios. Miles de plenarios durante nuestra militancia, dentro de la CTA, nuestro sindicato, pero éste era un desafío. Más allá que Hugo, yo, algunos dirigentes de las dos CTA nos pudiéramos sentar a discutir la posibilidad de construir un camino que fuera un poco más allá de lo que fue el año pasado, que no fue menor, fue muy importante. Que le dimos una pelea muy fuerte a la entrega del macrismo y a la complicidad sindical. Esa complicidad sindical que se sigue mostrando todavía, como ocurrió el 7 en el palco que montaron ahí, en ese lugar. En esa encerrona trágica, donde pensaban que no iba a ir gente, que apuraron los discursos vacíos de contenido. Esa complicidad de esos dirigentes sindicales que son oficialistas de todos los gobiernos. Los compañeros de ATE los conocen bien. Siempre están. El problema es de los gobiernos que los aceptan, pero ellos son oficialistas de todos los gobiernos que pasen. Ustedes saben bien a qué me refiero. Y como están esos dirigentes estatales, también están los dirigentes del sector privado que siempre han actuado con complicidad, inclusive durante la dictadura militar en nuestro país.

Por eso siempre surgieron en nuestra Argentina, alternativas que la clase trabajadora se fue dando. Hombres y mujeres que fueron peleando para cambiar lo que estaba establecido e instituido. Para decir, acá no es lo único y por eso estuvo la CGT de los Argentinos, el Programa de Huerta Grande, y tantos ejemplos de resistencia y lucha con Tosco, con todos aquellos luchadores que se pusieron la camiseta del pueblo para salir a la calle. Como Germán, en su momento, enfrentando la entrega del menemismo, como los compañeros desaparecidos, como el compañero Arancibia, y tantos otros compañeros que dieron la vida para cambiar esta historia.
Pero lamentablemente en nuestro país, ocurre, parece que es un estigma que tenemos los militantes populares. Un estigma que tenemos quienes estamos en los sindicatos, en las organizaciones sociales, en los partidos del campo popular. Pareciera que aquéllos que traicionan el mandato del pueblo, rápidamente se vuelven a reciclar y aparecen nuevamente en escena.
Cada vez que hay dirigentes que han sido cómplices de la entrega de nuestro país, pasa un tiempito, se esconden y vuelven a aparecer.

Comienza a agotarse ese tiempo, porque no sólo somos los dirigentes y los cuadros, los que empezamos a criticar ese tipo de conducción política, social y sindical, comienza la gente en general, también a hacerlo. Y la expresión del palco del otro día, no fue una orga preparada. Fue la reacción de muchos compañeros y compañeras delegados de base que están podridos que les digan no. Que le muevan el arco todos los días, sin decir cuándo va a ser el paro, y no lo hacen nunca. ¿Por qué? Porque los seduce la mesa de negociaciones. Los seducen las prebendas del gobierno y esto es lo que hay que transformar. Por eso este plenario adquiere una importancia superior, porque se hace en diversidad. Porque no todos los que estamos acá pensamos igual, pero sí hay algo que nos une. Somos de la misma clase. Somos trabajadoras y trabajadores y queremos transformar la realidad. No queremos quedarnos con esta porquería que nos ofrecen. Queremos un país para todos. Un país donde no haya pibes con hambre. Un país en el que haya trabajo digno y un país donde no nos roben y nos esquilmen como lo hace Macri.

Compañeras y compañeros, hay esa complicidad porque no puede haber reforma laboral para flexibilizar en la Argentina, sin complicidad sindical. Pero también hay otra complicidad sindical, que en nombre de que son los más combativos, los más puros, los más inmaculados, terminan haciéndole el juego al enemigo. Siempre terminan rompiendo y siempre terminan buscando irse, paralelamente a la marcha que hacemos. Siempre terminan diciendo que no hay que juntarse. Que la unidad de la base es un negocio del kirchnerismo, o que no hay que estar juntos porque somos dos cosas distintas. Y la verdad que los trabajadores y las trabajadoras piden a gritos en todas partes unidad para derrotar el ajuste. No hay destino sino hay unidad. Poca grandeza tendríamos los dirigentes si no escuchamos el clamor de nuestro pueblo.

Y no necesitamos que nos vengan a decir nada. Recorremos. Estamos en todos los sectores donde hay conflicto y todos los compañeros y compañeras reclaman ese camino.

Compañeras y compañeros, como dice Hugo, no estamos construyendo la unidad en base a un papelito. Estamos construyendo la unidad al calor de la lucha, y al calor de la lucha con autonomía e independencia. También, no sólo de los partidos y los gobiernos. También autonomía de los que nos quieren llevar de las narices; también autonomía de ese triunvirato que no se pone al frente de la lucha. Y la CTA dice: muy bien señores. Si no lo hacen ustedes, lo hacemos nosotros, porque tenemos decisión, tenemos coraje, para ir a pelear. Tenemos lo que hay que tener, porque sabemos que el camino es la unidad, pero la unidad sin lucha es algo amorfo. La unidad sin lucha es un amontonamiento, una mentira.
No se puede hablar de unidad sentado en un café. Hay que hablar de unidad en cualquier lugar, pero fundamentalmente hay que hablar de unidad cuando van a la calle juntos, defendiéndonos y yendo al frente para derrotar esta política de ajuste. Y ése es el valor de este plenario, que lo anunciamos a principios de este año con Hugo y otros compañeros. Que nos animamos en un contexto de contradicción. No lo vamos a negar ni esconder, que este camino de la unidad no es sencillo. No vamos a esconder que todavía hay cosas que tenemos que saldar entre nosotros. Pero nunca esas cosas nos pueden tapar el bosque. Nunca ese árbol de las diferencias puede estar por encima de lo más importante, que es ver la necesidad de construir poder popular en nuestro país. No se puede construir poder popular si esta CTA no tiene la fortaleza de volver a ser aquella CTA clasista, antiimperialista, como decía Hugo si no tiene la fortaleza de plantarse frente a los gobiernos, sin negar la posibilidad de dialogar. Nosotros tampoco hemos sido inconscientes como para no dar el diálogo. Pero no vamos al diálogo a firmar lo que quiere el gobierno. Si vamos al diálogo va a ser para plantear los temas que están acuciando a la clase trabajadora, a los jubilados, a los movimientos sociales, para ir a plantear que la gente no aguanta más; que acá hay que resolver cuatro o cinco puntos de manera inmediata y fundamentalmente, modificar el rumbo económico. Y el gobierno no quiere hacer eso. No va a hacer eso. ¿La CGT cree que el gobierno va a cambiar y va a modificar? La única forma para que cambie, será porque lo obliguemos y la única forma de obligarlos es con paro nacional, con mucha lucha, que no se agota el 30 de marzo.

Esta no es una batalla de un día, compañeras y compañeros. La derecha llegó al gobierno con el voto de la gente. Llegó con una mayoría, mínima, pero llegó. Y ése es un problema. No es lo mismo que el gobierno de este dictador de Brasil, Temer, que llegó al gobierno con un golpe de estado a Dilma. No es lo mismo que le pasó a Lugo en Paraguay. Lamentablemente, acá tenemos a este tipo que se está poniendo como líder de la derecha de toda la región y de gran parte del mundo. No se lo puede combatir solamente con consignas. Hay que debatir ideas y hay que discutir mucho con los compañeros que siendo combativos están dispuestos a luchar, pero siguen agarrados de sus viejas estructuras. Siguen creyendo que no pueden. Entonces mañana la CGT toca pito y se olvidaron de lo que pasó el 7 de marzo y se olvidaron de la historia. No hay que olvidarse de la historia. Nosotros tenemos que ir para adelante, pero con los espejos retrovisores puestos, sin olvidar que hubo mucha traición a los trabajadores y al pueblo. Sin olvidar, pero teniendo en cuenta que nunca hay que romper los puentes con los que quieren luchar.

Por eso, compañeras y compañeros, no me voy a extender. Queremos escuchar a varios compañeros que se han anotado. Queremos escuchar la opinión de los compañeros camino al paro. Queremos escuchar qué va a pasar de aquí en más.

Estoy totalmente de acuerdo que el 30 de marzo, por estas motivaciones que Hugo acaba de explicar, por lo que significa en la memoria colectiva, por Dalmiro Flores; por las luchas que se dieron en aquel tiempo, en el año 82, con la dictadura, el 30 de marzo tiene que ser la fecha del paro nacional. Debemos mantenernos firmes, pero tiene que ser un paro nacional, no quedándonos en la casa. Paro nacional con movilización a la Plaza de Mayo. Paro nacional con movilización en todas las ciudades importantes de la Argentina.
Paro nacional activo, aunque la CGT le ponga otro día. Después discutiremos a ver si unificamos o no. Pero en principio, este plenario tiene que salir con la firmeza de que esta unidad de las CTA no es para hablar al pedo. Es para poner fecha a la lucha, acompañar a todos los que luchan a lo largo y a lo ancho de Argentina.

Fuerza, compañeras y compañeros. Vamos a definir con toda la fuerza que nos da este camino de la unidad”.

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