El economista Rodolfo Santángelo advirtió que estamos viviendo una recesión y no una desaceleración de la economía, y tendremos una caída pronunciada de la actividad del segundo semestre.
“El consumo caerá por la caída del salario real. La minimizan, la subestiman y van a hablar del segundo semestre como se hablaba antes, pero esto es una recesión clásica que durará más de un año”.
El socio del expresidente del Banco Nación, Carlos Melconián, en la consultora M&S, sostuvo que lamentablemente la única expectativa a futuro es la cosecha del año próximo. “Hay que rezar para que llueva y que se dé la inversa que este año en el sector agrícola”.
En declaraciones al programa Moneda corriente que se emite por Radio Led, el consultor señaló que para los próximos nueve meses sólo se puede esperar “caída del salario real, corte del crédito, tasas de interés altas, política fiscal dura y exportaciones que no suben, por eso no veo otra cosa que una recesión clásica”.
Consideró que ministro de la Producción tiene un rol de tareas secundarias y en el gobierno hay un ‘desmanejo macroeconómico’. Por otra parte, aseveró que Luis Caputo vino a tapar el incendio del mercado cambiario e intenta manejar el día a día de la mesa de dinero para que el dólar se estabilice en 27 o 28 pesos, pero es imposible dejarlo quieto con este modelo. “Queda la pregunta de cuál es el tipo de cambio al que se equilibran la oferta y la demanda”.
Manifestó también que 2016 terminó con 40 % de inflación porque no hubo programa económico. “Acá el programa lo hace el Fondo y hay una meta fiscal muy dura para este año y sobre todo para el que viene”, dijo, y agregó que la inflación prevista por su consultora supera el 30 %, con lo cual el tipo de cambio real tendrá una mejora, pero la contrapartida será la pérdida del salario real y la creciente caída del consumo.
Para concluir, previó que las paritarias en el sector privado corregirán caso por caso los salarios y llegaremos a diciembre 2018 con una pérdida de cinco puntos mínimo comparado con diciembre 2017.
Sin embargo, para el sector público avizora una paritaria más dura aún. “El ajuste del salario real es mucho más fuerte en el sector público, parecido a lo que ocurrió en 2016. Vivimos el viejo cuentito de la maldición de los años pares, con la diferencia de que en lugar de arrancar en enero comenzó en abril”, finalizó Santángelo.
