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Un informe de Proyecto Económico explica los motivos detrás del persistente proceso inflacionario, tras conocerse la inflación del 3,8% de febrero.

 

Son protagonistas las políticas monetaria y tarifaria implementadas por Cambiemos y el arrastre de la devaluación del año pasado.

Tras el dato del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) que registró una inflación del 3,8% para el mes de febrero, superior al 2,9% de enero, el equipo de economistas que conduce la diputada Fernanda Vallejos (FpV-PJ) elaboró un informe donde detalla cuáles son los ejes de la política del macrismo que explican la agudización de esta variable.

En este sentido, remarca que “la política oficial de desinflación sigue sin lograr resultados consistentes”. Y explica: “Luego de más de tres años desde el cambio de régimen económico y tras cinco meses de la más dura política monetaria, la suba de precios minoristas se continúa acelerando y posiciona en los niveles más altos desde 1991, superando el 51% interanual”.

Puntualiza como uno de las razones más importantes del proceso inflacionario el torniquete monetario impulsado por el actual titular del Banco Central, Guido Sandleris. “Los objetivos del BCRA se reducen a mantener constante la base monetaria, salvo ajustes estacionales. De esta manera, la variación interanual de la misma se reduce mes a mes, sin embargo, la inflación se continúa incrementando”, asegura.

Con tarifas y combustibles atados a la cotización del dólar, el informe también hace referencia a cómo ha incidido la abrupta devaluación del 100% de 2018, con el consecuente pasaje a precios que provoca y su incidencia en la estructura de costos de las empresas.

Esta dolarización de tarifas se combina con las devaluaciones convirtiéndose en factores claves de la inflación en los últimos tres años. “La mencionada dolarización de tarifas genera un atraso de éstas tras la devaluación, entrando en una dinámica de retroalimentación de una con otra, que no tiene otra salida que un cambio rotundo en el rumbo económico de liberalización cambiaria. De hecho, al analizar nuevamente las variaciones interanuales de precios, se observa que su crecimiento tiene mayor correlación con las variaciones también interanuales en el tipo de cambio”.

Proyecto Económico destaca que los datos oficiales revelan además que el aumento del costo de vida tiene mayor incidencia en la región norte del país. Por ejemplo, mientras el nivel general se ubica en el 51,3% interanual, en la región Noreste el IPC se situó en el 53,5%, 2,2 p.p por encima y en la región Noroeste, el dato oficial muestra una suba del 52,9%. “La inflación golpea con más fuerza a las zonas geográficas del país históricamente postergadas y pone en evidencia que el laissez fair de la política económica agudiza las diferencias sociales entre las zonas geográficas más desarrolladas del país y aquellas con menor nivel de desarrollo, empobreciendo más a su población”.

Por último, analiza la inflación por rubros y subraya que en el último mes el alza de precios se encuentra impulsada por alimentos y bebidas (+5,7%) y vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (+6,4%). “De esta manera, se evidencia que los rubros de mayores aumentos son aquellos que tienen mayor incidencia en los gastos de los sectores de menor ingresos, por tratarse de bienes absolutamente necesarios. El mismo fenómeno se observa para la inflación de los últimos 12 meses, destacándose el caso de transporte”, concluye.

Síntesis del informe

Transcurridos 5 meses de política monetaria de emisión 0 (con su ajuste estacional en diciembre), la inflación de febrero alanzó un 3,8%, impulsando el alza de precios de los últimos 12 meses al 51,3%, la más alta desde 1991.

El gobierno nacional ha llevado, desde los inicios de su mandato, una política tarifaria que impulsó fuertemente el alza de precios. Además de la suba de precios generada de manera directa e indirecta por los tarifazos, con un mercado liberalizado y tarifas atadas a la cotización del dólar, este proceso se retroaliementó con la devaluación del peso.

La política monetaria dura no tiene efecto alguno en la espiralización de los precios que estamos transitando.

Comparando entre procesos económicos, en los 39 meses transcurridos desde el cambio de régimen se registró una inflación acumulada de 189%.

En la coyuntura más próxima inciden subas en vivienda, agua, electricidad y otros combustibles y alimentos, mostrando el carácter regresivo de la dinámica de precios. Además, los futuros incrementos de transporte y gas entre marzo y abril, determinan un piso alto de inflación para los próximos meses.

La inflación golpea con particular crudeza a las regiones geográficas del norte del país, históricamente más postergadas.

Fuente: IB24

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