Page Title. Maximum length 60-70 characters

Por Alma Rodríguez.

 

El armado de las listas para estas elecciones trajo consigo innumerables cuestiones susceptibles de análisis e interpretaciones sumamente variadas. Se podría analizar desde múltiples aspectos, lugares, proyectos, trabajos territoriales, historias de vida y de militancia, movimientos, frentes, corrientes y orígenes de cada uno de los candidatos y candidatas que se presentan para cada puesto y lugar. Pero hay un reclamo que estuvo presente como nunca, así en la vida como en las redes bajo el hashtag feministas en las listas y que refiere a la presencia de mujeres en los distintos listados.

El pedido a voces estuvo vinculado más específicamente a la presencia feminista en las distintas listas. Y en todo caso la diferencia es fundamental porque el pedido no hace alusión sólo a la presencia femenina, sino a la presencia feminista en el sistema de representación. No es lo mismo: no sólo pedimos que nos representen mujeres- y eso tiene que ver con que se cumpla a rajatabla la ley de cupos, que tardó bastante tiempo en llegar- sino que queremos que nos representen referentes feministas.

En nuestro país, la ley de cupo femenino (ley 24.012) fue sancionada en 1991 y buscó aumentar la representación de las mujeres dentro del sistema político parlamentario a través de una mínima participación en las listas de candidaturas que presentan los partidos en las elecciones. Esta ley originariamente establecía que,  al menos, el 30% de las listas debía estar ocupado por mujeres. Dicho cupo estuvo vigente hasta el año 2017, momento en que se estableció la ley 27.412 por la cual debiera existir un sistema de paridad de géneros en los órganos legislativos.

De esta manera, la Argentina inaugura en estas elecciones la ley de paridad de género a nivel nacional por medio de listados en los que aparecen plasmados los deseos de igualdad en la participación femenina en las boletas que deben llevar una mujer y un hombre intercalados para el caso de diputados y diputadas nacionales,  así como los nombres de ambos representantes para la boleta que corresponde a la del Senado.  De todos modos, en Diputados, por ejemplo, la paridad de género se alcanzaría recién en las elecciones de 2021 cuando se renueve la totalidad del cuerpo de la Cámara.

Una de las presencias más aclamadas y requeridas dentro de las listas fue la de Dora Barrancos. La socióloga e historiadora será parte de la lista de Frente de todos en la Ciudad de Buenos Aires. Desde siempre, su interés estuvo enfocado en estudiar el feminismo en la Argentina, los conflictos y las revoluciones llevadas a cabo por las mujeres, los derechos políticos femeninos (nunca aisladas del resto de las luchas democráticas), los movimientos sociales de principios de siglo, el rol de la educación y ha abordado como pocas pensadoras aspectos de la historia de las sexualidades disidentes en la Argentina.

Como mujer que ha ocupado cargos académicos y políticos y en su rol de intelectual comprometida, Barrancos se posiciona críticamente logrando visibilizar por medio de la historiografía las luchas diversas de las mujeres. Su manera de asumir la historiografía se transforma en resistencia política, en la medida en que hace visible aquello que no había sido percibido. En mayo de este año, presentó su renuncia luego de ocho años en el área de Ciencias Sociales y Humanidades a la dirección del Conicet, por cuestiones de “orden moral” relacionadas con la no inclusión de Mario Pecheny y Alberto Kornblihtt en el área de Ciencias Biológicas y de la Salud.

La presencia de Dora Barrancos dentro de una lista así como de muchas mujeres que luchan desde el movimiento feminista significa la posibilidad de la representación por los derechos pero fundamentalmente la lucha por la legalización del aborto. Es así que el reclamo no tiene que ver con el cupo femenino solamente sino con la presencia feminista que implica mucho más que la presencia de mujeres: implica la presencia de mujeres que luchen por el  “ni una menos”, por la legalización del aborto, por la implementación de la ley de Educación sexual integral, por el reconocimiento de las variadas sexualidades y los derechos de quienes no responden a los cánones heteronormativos entre muchas otras batallas que faltan dar.

En estos días en los que Amalia Granata fue electa diputada por Santa Fé por más de 280.000 votos con una campaña centrada en el discurso de las dos vidas, en contra de la interrupción voluntaria del embarazo, a  favor del aborto clandestino y que fue tan amablemente recibida por Mauricio Macri en la Residencia de Olivos gracias a su amistad con Patricia Bullrich, la presencia de una personalidad como la de Dora Barrancos de este lado es indispensable.

Frente a las Granatas que siguen sosteniendo las muertes por abortos clandestinos hay que celebrar la designación de las mujeres como Dora Barrancos quienes llevan en su voz la voz de quienes venimos luchando por nuestros derechos y surfeando una marea verde imparable que tiene en la cresta de su ola la consigna, “no nos maten” junto con la premisa necesaria del “aborto legal en el hospital”.

Fuente: IB24

radio Globatium

radio en vivo1