Por Julio Archet.
No redunda comenzar con una definición. El “mata burros” siempre es útil para esos menesteres.
COMPLEMENTARIO: adj. Que sirve para completar o perfeccionar alguna cosa.
La cosa existe y hay algo que permite aumentar el poder de la misma. Completar o perfeccionar son dos verbos que exponen perfectamente el núcleo de esta definición.
Cuando hablamos de MONEDAS COMPLEMENTARIAS, simplemente intentamos proponer un sistema paralelo al “oficial”, con el simple objetivo de ampliar las capacidades de operar en sistemas de intercambio, comenzando por el de compras y ventas y culminando con el de intercambios compensados.
Es menester aclarar que no todas las operaciones de compra y venta se incluyen en la categoría de intercambio compensado. Existe un intercambio de dinero por objeto o servicio. Pero, generalmente, ese intercambio es desigual en cuanto a los beneficios. Los precios exorbitantes son el ejemplo más valido cuando de justicia y equidad se habla.
Un sistema económico que garantiza su funcionamiento mediante la utilización de dinero bancario, no cumple las expectativas de todos los protagonistas que interactúan.
Los bancos, como creadores y administradores de dicho dinero, regulan a su exclusiva conveniencia el mercado, aplicando los PRECIOS del dinero (léase tasa de interés) según las conveniencias y los avatares del dicho mercado.
La ESCASEZ es la enfermedad “incurable” que este sistema asegura a sus usuarios. Enfermarse de pobreza es una de las realidades más injustas que el hecho de convivir en este modelo de sociedad nos provoca.
De lo antedicho surge la necesidad de convocar ideas superadoras y, en muchos casos, audaces y evolucionarias.
Cuando comenzó a funcionar la Red Global de Trueque creamos una forma de monetización en papel para facilitar los intercambios. Fue una manera sui generis de poner en funcionamiento un mecanismo similar al de compra y venta del mercado tradicional. El simple hecho de relacionarnos los miembros de la red en un entorno “no oficial” en el que no se facturaba por la simple razón de contar con productos artesanales “no registrados” como comerciales o industriales, nos obligo a crear herramientas de compensación similares al dinero. Crédito (¢) fue su denominación, término que intentaba reforzar la intención de creer en el otro y confiar en su “papel” con criterio monetario.
El tiempo y su transcurso nos obligo a mejorar las medidas de seguridad de dichas herramientas dado el intenso flujo con el que circulaban y su toma de valor, tal y como se produce con el dinero bancario. Creamos un billete o ticket con más medidas de seguridad que el dólar. A pesar de ello, nuestra red se fue desmaterializando por las circunstancias conocidas.
Pero no quiero historiar...
La idea es avanzar y proponer sistemas de compensación que permitan, a quienes los utilizamos, una completa fluidez y plena seguridad afianzada en la confianza mutua.
Es sumamente importante que no se confunda un FACILITADOR de intercambios con el dinero convencional. El facilitador no guarda valor, por lo que no merece ser ahorrable.
Profundicemos un poco más...
El dinero tiene un valor asignado y universalmente aceptado.
- El valor del dinero está relacionado con una ley de oferta y demanda.
- La oferta de dinero está controlada usualmente por la política monetaria de un gobierno dado.
El dinero de curso legal es aquel que el gobierno ha declarado aceptable como medio de cambio y como forma legal de cancelar las deudas.
El dinero, como tal, desempeña principalmente cuatro funciones:
Medio de cambio: Significa que es aceptado por la sociedad para realizar transacciones y cancelar deudas. También para cancelar el trueque directo.
Unidad de medida: En ella se fijan los precios y se llevan las cuentas. Sirve de medida de valor para calcular cuánto valen los diferentes bienes y servicios.
Depósito de valor: Es una manera de mantener riquezas (familias, Estado).
Patrón de pago diferido: Son pagos que se han de efectuarse en el futuro generalmente se especifican en dinero.
¿Y qué sucede con los facilitadores?
Son UN MEDIO DE CAMBIO, pues cumple con el requisito de ser aceptado por los grupos de intercambio para realizar transacciones multi recíprocas.
En cuando a cancelar deudas, es según como se lo interprete. Si un saldo negativo en la cuenta de cualquier usuario debe ser positivado, esto ocurre cuando dicho usuario efectúa una venta u ofrece un servicio. La deuda esta intrínsecamente relacionada con el saldo negativo, producto del crédito que se ha obtenido (similar al giro en descubierto bancario), cuyo monto máximo surge del acuerdo entre los miembros del núcleo o nodo de intercambio, o de la comunidad que utiliza dichos facilitadores.
Son UNIDAD DE MEDIDA, dado que representan el valor de los objetos y servicios ofrecidos o demandados. Pero solamente “REPRESENTAN” dicho valor, no lo inducen. No puede ni debe existir especulación, puesto que el intercambio en cuestión dejaría de ser “compensado”.
Pero es sumamente importante comprender que los facilitadores NO SON UN DEPÓSITO DE VALOR, puesto que al ser controlados por una tasa de interés negativo (oxidación) no es viable ahorrarlos, dado que se deprecian mensualmente.
Tampoco son UN PATRÓN DE PAGO DIFERIDO, porque no se pueden contraer deudas financieras dentro de un sistema de compensación de saldos por intercambio.
Sencillamente, los facilitadores no cumplen con todos los requisitos para ser llamados DINERO. Apenas un par de ellos, pero los más importantes para quienes defendemos este sistema de intercambio.
Un sistema de monedas o facilitadores complementarios funciona PARALELAMENTE al sistema oficial económico/financiero. Actúa como vaso comunicante, proveyendo el flujo circulante necesario para asegurar que el dinero no reine como un elemento único y escaso.
Estamos frente no a una forma de competir, sino de COMPARTIR. Y eso, tal vez, disguste a muchos.
Pero ese tal vez también puede ser utilizado por quienes entienden que no se puede seguir siendo esclavos del sistema monetario actual, que hace agua por todos lados.
Los facilitadores serían un excelente bote salvavidas ante la emergencia.
Creo que está llegando el momento de comenzar a debatir estas ideas.
