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Estamos viviendo los días y las semanas más agitados desde el comienzo de la noche neoliberal en que el gobierno antipueblo de Cambiemos nos ha sumergido desde aquel fatídico 10 de diciembre de 2015.

 

La disparada fatal del dólar la semana pasada, impulsada tanto por los grandes capitales del campo y la SRA, sumado a los inversionistas extranjeros que están presionando para llevarse todos sus dólares de nuestro país luego de haberse llenado de dinero en las bicicletas financieras y a los propios funcionarios del gobierno, incluyendo al presidente de la Nación, que ganaron millones por la megadevaluación y pudieron seguir fugando sus capitales a costa de más hambre y más destrucción para todo el pueblo trabajador.

Y después de este salto al vacío al que nos empujaron los representantes de las corporaciones en el poder, salieron desesperados a pedirle más plata al FMI, porque lo que adelantaron como parte del blindaje ya se lo quemaron pagándole a los acreedores mercenarios que responden a intereses personales de los personajes del gobierno, pero también al imperialismo que, como viene intentando hacer desde que la Argentina es una República, quiere completar el saqueo al pueblo para someternos nuevamente a la condición de colonia y así hacerse de las riquezas de nuestro suelo y de nuestro capital humano.

Pero el FMI, que a cambio de los 15 mil millones de dólares que desembolsó hace 3 meses pidió determinadas medidas económicas, le negó un nuevo desembolso en vista del incumplimiento de aquel primer “préstamo” y del inminente estallido de nuestra economía, que hoy se sostiene en base a la venta de las reservas del BCRA y contiene la debacle con la complicidad de los medios de difusión que son los grandes responsables de la incomprensión generalizada en la que vivimos.

En el medio de todo este desmadre, en el día de ayer se reunieron intendentes y representantes de la oposición en la Casa Rosada, con el propósito de exigirle al gobierno nacional la devolución del fondo sojero para recuperar parte de los presupuestos retenidos por el Estado y una inmediata revisión del presupuesto 2018, el que, habiendo sido aprobado con un dólar a $20, hoy se ve diezmado con un dólar a $40 que ha dejado literalmente desfinanciadas a las intendencias de todo el país.

Pero además de lo presupuestario, la reunión de intendentes y en especial el llamado a la unidad en el peronismo se están haciendo más contundentes con el correr de las horas, ya que es urgente que podamos aunar fuerzas para ayudar a los más vulnerables a no morir por causa de la desidia y el abandono del Estado en el momento más crítico de nuestra economía desde la crisis del 2001.

Los llamados desde todos los sectores, incluyendo al sindicalismo que hoy sacó a sus pesos pesados a pedir por la conformación de un frente de representatividad trabajadora, en la que debemos poner todas nuestras fuerzas para lograr una transición democrática y no violenta desde este modelo de país que excluye al pueblo y lo hambrea, hacia un proyecto de país inclusivo, nacional-popular, en el que podamos empezar a levantar los escombros de lo que está quedando de nuestro país dirigido por las mismas 1000 familias que hoy, como siempre, vinieron a hacerse más ricas de lo que son a costa de nuestros derechos, de nuestro trabajo, de nuestras libertades y de nuestro futuro.

Están, en estos momentos, realizando el saqueo más descomunal de la historia de nuestro país, y cuentan con los medios de difusión hegemónicos para hacerlo con total impunidad, porque son parte de un mismo grupo de mercenarios dispuestos a lo que sea con tal de permanecer por tiempo indefinido en el poder, aún si eso les implicara sacrificar lo que queda de la imagen de Macri para ser ellos mismos quienes propongan a su sucesor o sucesora, que podría mostrársenos como la redención del desastre pero que viniendo de ellos será, sin lugar a dudas, la continuación y el final definitivo de nuestro país como territorio soberano e independiente.

Si el modelo neoliberal y neocolonial no se termina con la instalación de un gobierno nacional-popular, estamos condenados como sociedad a vivir en una Argentina en la que sólo sobrevivirá quien esté dispuesto a pisarle la cabeza a su hermano, quien esté dispuesto a dejar su vida por ganarse el pan, quien esté resignado a abandonar sus sueños por vivir un día más.

Y ese no es el país que merecemos, tenemos que unirnos y organizarnos de una vez y de verdad.

Luchemos y se van.