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Por Maximiliano Borches.

 

Luego del simiesco espectáculo brindado por el empresario-presidente Mauricio Macri, en Nueva York, frente a los principales referentes del poder financiero internacional, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y la titular del FMI, Christine Lagarde, anunciaron el nuevo acuerdo aprobado por el FMI, que eleva el crédito Stand-By original de 50 mil millones a 57.1000 millones de dólares. Además, y en una clara estrategia para sostener a Macri de cara a las elecciones 2019, se anunció también un adelanto de un total de USD 19.000 millones en lo que resta de este año y el próximo. 

Argentina transita de manera furiosa y semidesnuda el camino del neo-colonialismo en cuyo espejo ve con una amarga mezcla de angustia y sentimiento autodestructivo a Grecia. El costo de este desembolso será una mayor profundización de la miseria, el ajuste y la flexibilidad laboral en Argentina. Gran desafío para la oposición, que debe priorizar los intereses nacionales y luego los nombres de las listas, si pretende ser gobierno a partir del año próximo. Descontando los USD 15 mil millones que ya ingresaron al país, en lo que resta del 2018, el FMI desembolsará USD 8.000 millones y en 2019 USD 19.000 millones. 

Como era previsible, y fuera anunciado hasta el hartazgo durante la última campaña electoral para elegir presidente, el empresario-presidente Mauricio Macri, sepultó la creciente independencia económica y soberanía política, logradas tras los sucesivos gobiernos peronistas que se sucedieron desde 2002 al 2015, tras la decisión política de entregar el mando económico (y por ende las decisiones políticas) a la titular del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde y al Tesoro de Estados Unidos. Argentina vuelve a transitar el camino del neo-colonialismo y la reprimarización de su industria, en una clara acción que retrotrae a nuestra comunidad al período pre-peronista. Sólo la unidad del movimiento obrero organizado -como columna vertebral- junto a los partidos políticos y organizaciones sociales que enarbolen como propia aquella máxima de Juan Perón: “Primero la Patria, después el Movimiento y por último los hombres (y mujeres)”, unidos en un Frente Patriótico para la Recuperación Nacional, podrá comenzar a transitar un camino inverso al impuesto por el gobierno de la oligarquía y sus patrones del poder financiero internacional. Una tarea difícil, pero que de a poco, parece avanzar aunque cada vez quede menos tiempo.

Luego de que el empresario-presidente Mauricio Macri, desplegara su vergonzoso show de sumisión y divertimento simiesco en Nueva York, ante las principales figuras del poder financiero internacional, la titular del Fondo Monetario Internacional, Crhistine Lagarde, designó a Guido Sandleris, un hombre de su confianza, al frente del Banco Central de la República Argentina. Una dura descripción de la realidad política nacional impuesta por el gobierno de coalición UCR-PRO en Cambiemos, cuyo paralelismo histórico sólo puede reflejarse durante la denominada “Década Infame” y los gobiernos dictatoriales que se sucedieron a partir de 1955.

El costo de esta ampliación crediticia, será el de la imposición de una flexibilización laboral extrema, la profundización en la reprimarización de la industria nacional, y condiciones de vida completamente paupérrimas para nuestro pueblo, al que ya le están dejando una pesada herencia de sumisión y endeudamiento, que cargará durante décadas.

El verdadero y único desafío en esta etapa, para las fuerzas políticas y sindicales que se oponen a este esquema neocolonial de verdadera humillación nacional, es la unidad…un camino que hasta el presente, continúa presentándose sinuoso por la supremacía de las vanidades.