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Por Ignacio Campos.

 

El 10 de diciembre de 2015, tras la toma del mando presidencial por parte de Mauricio Macri, no fue sino el comienzo de una de las etapas más negras de la historia de nuestra república. Pero no solamente habrían de comenzar a vivir en carne propia los argentinos en general las miserias de un plan económico de resultados catastróficos, sino que sería en inicio de uno de los capítulos más sombríos de nuestra vida constitucional y peor aún para ciertos ex funcionarios de la administración saliente.

Julio Miguel de Vido era el hombre elegido para el golpe certero que debían dar desde Cambiemos, para demostrar así que efectivamente, la lucha contra la corrupción iba “esta vez en serio”.

Pero esto no sería otra cosa más que parte del montaje escénico necesario con que los medios adictos de comunicación cumplirían así su rol de “grandes distraedores” de la dura realidad que comenzaba implacable, a golpear en los hogares argentinos.

De Vido supo granjearse de los enemigos más poderosos que alguien pudiera elegir, el Clan Macri y Héctor Magneto puesto que desde su función de ministro fue quién pretendió hacer cumplir la Ley de Medios de Comunicación (ignorada por la justicia adicta), así como fuera él mismo quien ordenara el cese de la concesión del Correo Argentino e insistiera de manera permanente con el cobro del canon adeudado por dicha concesión y que al igual que con la aplicación de la ley de medios, fue dilatada una y otra vez  por la misma justicia del régimen.

Pero como todo lo bueno se acaba y en algún momento la fiesta debe pagarse, nos encontramos hoy ante la posibilidad más firme de acabar con las mafias enquistadas en la justicia, básicamente la federal, y paradójicamente es el caso De Vido el detonante para que tal limpieza ocurra.

De los dichos del “no abogado” Marcelo D´alessio, se desprende claramente que la causa contra De Vido fue armada desde el inicio de la administración Macri y por nada menos que los principales espadachines del “sistema” dentro de la justicia, Bonadío y Stornelli, en la pequeña suite del Four Season que no contaba con cámaras de vigilancia.

Hoy, el ingeniero Marcelo Cohen se encuentra procesado y fue dictada la falta de mérito para De Vido en la causa gas licuado, puesto que las pericias que fueran ordenadas por Bonadío para la sucia maniobra, resultaron tan falsas como la conciencia del mismísimo D´alessio o Stornelli.

La maniobra fraudulenta para culpar a De Vido, puede demostrarse casi en forma cronológica, entonces , la Honorable Cámara de Diputados tendrá que ponerse a trabajar de manera urgente para devolver la libertad y  los fueros al Diputado de la Nación Julio Miguel De Vido, que le fueran arrebatados el 25 de octubre de 2017 con el voto sonriente de la bancada de la derecha, pero también con la complacencia de algún  legislador propio, que no sabremos con qué cara enfrentará a su par al momento de volver a ocupar su banca, situación que deberá darse más temprano que tarde, si dicha cámara pretende seguir ostentando el rotulo de “Honorable”.

Es la ocasión ideal para que la clase política demuestre a los argentinos que no son todos iguales, al menos que no son iguales a los integrantes del bloque de Cambiemos, quienes siguen protegiendo en sus filas a narcos y ladrones probados como Varisco o Aida Ayala, a la vez que apoyan el encarcelamiento de un diputado por el simple hecho de ser opositor. La caja de Pandora acaba de ser abierta.

Fuente: IB24