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Mar del Plata es desde hace años uno de los centros urbanos con mayor desempleo del país. Según los últimos datos disponibles del INDEC (3º trimestre de 2017), con un 9,0% de desocupación abierta, lo que equivale a 26.000 personas, es el tercer distrito con mayor desempleo del país.
Además, la subocupación, que comprende a los ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias y están dispuestos a trabajar más horas, asciende actualmente al 15%, es decir a 44.000 personas, ubicando a Mar del Plata como el aglomerado con la mayor tasa de subocupación horaria del país. 
Entre los subocupados y los desocupados, podemos decir que hay 70.000 marplatenses con problemas de empleo.
Sin embargo, las cifras del INDEC muestran que los desocupados y subocupados no son los únicos que demandan empleo. Un 21,8% de los ocupados (63.000 personas) aún demandan un trabajo de más calidad: Mar del Plata se encuentra también así entre los aglomerados urbanos con guarismos más altos en términos de ocupación demandante, siendo sólo superada en este plano por el aglomerado de Jujuy-Palpalá.
El empleo es sin dudas el gran ordenador de la vida social. En este marco, la falta de empleo atenta contra la dignidad de las personas, las posibilidades de progreso y el acceso a derechos básicos como la vivienda y la alimentación.
Otro dato preocupante sobre la situación del empleo, que se desprende del informe sociolaboral del Grupo de Estudios del Trabajo de la Universidad de Mar del Plata, tiene que ver con el alto porcentaje de trabajo “en negro”. En el tercer trimestre de 2017, tan sólo el 69,1% de los ocupados se encuentra trabajando en relación de dependencia, lo que tiene como contrapartida un aumento del cuentapropismo y otras variantes del mundo de la informalidad laboral. A su vez, el 37,8% de ese grupo de trabajadores en relación de dependencia (unas 69.200 personas aproximadamente) lo hace en empleos no registrados. 
Para mi esta dolorosa realidad en materia de empleo, es la demostración palmaria de que todavía Mar del Plata no ha encontrado la manera de articular un proyecto estratégico de ciudad inclusiva y sustentable. 
Necesitamos que el sector público y privado local trabajen en conjunto para dinamizar la producción, promover la radicación de más industrias, complementando la actividad primaria con el agregado de valor, avanzando hacia un puerto multimodal, apoyando decididamente a las MIPyMES, trabajando en la prestación de servicios de calidad, e impulsando con inversiones y apuesta a la capacitación en el incipiente pero no menos pujante sector tecnológico y de software.
Mar del Plata tiene un enorme potencial desaprovechado, es tiempo de convertir las potencialidades en oportunidades reales, las ventajas comparativas en ventajas competitivas.
Dejo por si quieren leer mi trabajo sobre este tema llamado "Radiografía sobre el empleo en Mar del Plata" que de seguro podra ayudar a comprender acabadamente esta dolorosa realidad por la que atraviesa nuestra ciudad.
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