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En Alemania, más de 100.000 manifestantes inundaron las calles de Hamburgo mientras los líderes de las mayores economías del mundo se reúnen en la Cumbre del G20.
 

 

Los manifestantes llevaban pancartas con las leyendas: “Bienvenidos al infierno” y “El mundo no está en venta”. La policía antidisturbios, fuertemente armada, respondió con cañones lanza agua, gases lacrimógenos y granadas para dispersar a los manifestantes. Las protestas se reanudaron esta mañana, con un bloqueo de las principales intersecciones de la ciudad, en un intento de perturbar el primer día de la Cumbre del G20, en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunirá con otros líderes mundiales. Una agencia de noticias alemana informó que la primera dama, Melania Trump, no pudo salir del hotel debido a las manifestaciones. Un manifestante, llamado “Kemel”, participó en las acciones del jueves.

Kemel dijo: “Estamos aquí hoy porque creemos que el G20 no tiene lugar en Hamburgo, no tiene lugar en el mundo, no es necesario. Es una organización de las clases dominantes, del sistema imperialista, que profundiza la explotación en el mundo. Eso genera fascismo y racismo. Especialmente Trump, que se presenta como un racista y dice: ‘estoy dispuesto a lanzar una bomba nuclear’. Invitar a ese hombre aquí, en nombre de la supuesta democracia capitalista, y, por ende, legitimarlo, es una atrocidad”. (Democracy Now!)