El gran evento se realizará en la Jolla California por segunda vez en la  historia del surf. Después de la excelente experiencia del 2015 (más de 65 atletas de 17 países  diferentes), la  International Surfing Association (ISA) decidió incorporar  a los ciegos entre las distintas categorías.

 

“El surf me ayudó a ordenar la fuerza, la coordinación, el equilibrio, velocidad y resistencia. Además el mar es un medio que me da libertad.  Los ciegos estamos sujetos a los condicionamientos de las otras personas y a los prejuicios, entonces por falta de información nos van limitando y nos van frenando, nos hacen más estructurados los movimientos y en el surf encontré lo contrario. Me impulsa a moverme rápido y a no frenarme para no perder estabilidad, a fluir y a viajar con la tabla hasta donde pueda llegar”, explica entusiasmado Martínez.

 

Pablo perdió la vista a los cinco años por una neuritis óptica. No tiene registros visuales del mar o de las olas, pero pudo ver los rostros de sus familiares una vez. Además aprendió a caminar, a comer y a andar en bicicleta cuando aún veía, situación que asegura lo ayudó con los deportes.

 

“Es complicado y a la vez gratificante. Es un ida y vuelta constante dentro y fuera del agua. Es ir de la  práctica a la teoría, experimentar y evaluar que sirve y que no para la comunicación y el desarrollo del deporte”, comenta Fernando Elichiribehety, uno de los tres entrenadores con los que Pablo trabaja todos los días. 

 

“Tuvimos que trabajar para que él tenga una imagen idealizada de cómo es el mar, de cómo se desarrolla una ola, los vientos y las corrientes. Por eso entrenarlo fue una experiencia enriquecedora para todos”, concluye Fernando.

 

Con respecto a la posibilidad de representar a  la Argentina, Martínez declaró efusivamente que “cuando me dijeron que había un Mundial empecé a temblar afuera del agua. Nos abrazamos con mi entrenador y empezamos a gritar porque no podíamos cree que se diera esa oportunidad. En los primeros entrenamientos pasamos frío y en invierno se hacía muy duro entrar al mar, pero dijimos: vamos a cambiar la historia de muchas vidas, no las nuestras nada más. Las nuestras ya cambiaron para siempre, porque el que arranca con el surf no lo deja nunca”.

 

“Obviamente siento la presión por ser el primero en Argentina, es parte de lo lindo de asumir riesgos importantes. El nivel de vida te lo marca el tipo de problemas que tenés, y a mí me encanta tener este tipo de problemas”, concluyó Pablo antes de empezar con la entrada en calor de su jornada de preparación.

 

Del 8 a 11 de diciembre, Pablo Martínez junto a su equipo (Fernando Elichiribehety, Juan Martín Celano y Matías Lombroni) no sólo representaran al país en el Mundial, sino que serán parte de  la construcción, desde sus cimientos,  de un surf totalmente adaptado para la realización de muchos sueños más.