La activista de los derechos humanos y concejal del Partido Socialismo y Libertad (PSOL, oposición) Marielle Franco de 38 años, fue asesinada dentro de su automóvil en el centro de Río de Janeiro.
En las últimas semanas, la mujer se había opuesto a que las tropas del ejército tomen las favelas de la ciudad carioca, una medida dispuesta por el presidente interino Michel Temer.
Según la Policía, un auto se puso a la misma altura que el vehículo de la concejal y los asesinos la acribillaron. Luego huyeron rápidamente, sin dejar rastros. Los asesinos sabían que el auto de la legisladora tuvo ventanas oscuras y los asesinos sabían que la diputada ocupaba el asiento trasero en la derecha.
La Policía encontró nueve cartuchos en el lugar e informó que la mayor parte de los tiros alcanzó la cabeza de la concejal. La asesora de prensa de Franco que estaba sentada a su lado resultó herida y el conductor del vehículo murió por el ataque.
La concejal fue una defensora de los derechos de las mujeres, organizó audiencias públicas sobre género, violencia, cuestiones raciales, en los últimos meses llevaba preparando un proyecto de ley para cohibir el acoso en el transporte público.