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Los jueces José Martínez Sobrino, Julio Panelo y Fernando Canero, del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 6, le otorgaron el beneficio de la prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz, quien fue condenado en seis oportunidades a prisión perpetua por haber cometido crímenes contra la Humanidad durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica.
 

 

Los magistrados entendieron que “la situación del imputado -que cuenta con 88 años y diversas dolencias- encuadra dentro de las previsiones de la normativa reseñada, tratándose del geronte con mayor edad en institución carcelaria en todo el ámbito penitenciario federal”. De esta manera, el verdugo pasará unos días de vacaciones en su casa de Mar del Plata.

El repudio político y social a la medida

Desde Unidad Ciudadana Mar del Plata/Batán, expresaron el profundo rechazo a la reciente resolución judicial, que luego de varios intentos fallidos, terminó por convalidar el pedido de prisión domiciliaria de quien fuera un funesto integrante del plan de exterminio instaurado en la Argentina mediante el golpe cívico militar de 1976.

“Nuestra amada ciudad, la que elegimos todos los días, en la que criamos a nuestros hijos y que representa para millones de argentinos un lugar de encuentro y esparcimiento, vuelve como ya ocurriera con Juan Miguel Wolk, a ser tapa de los medios nacionales como el lugar de refugio y domicilio de quienes acarrean sobre sus espaldas los más brutales delitos contra la humanidad. Para quienes, como los que integramos Unidad Ciudadana, trabajamos a diario en pos de fortalecer  la construcción de una ciudad de brazos abiertos, con representaciones políticas, culturales y sociales diversas y plurales, decisiones como la presente nos alejan fuertemente de dichos  objetivos”, señalaron referentes políticos y de derechos humanos.

Además, destacaron que “En este cambio de época, en el medio de unas fiestas que nos encuentran con decenas de presos políticos mediante el uso arbitrario de la prisión preventiva, la concesión de beneficios de estas características a quienes cuentan con prisiones firmes y consentidas por delitos de lesa humanidad, merecen nuestro más enérgico repudio”.