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Facundo “apache” Villalba, referente social, se refirió a los hechos de violencia y asesinatos sucedidos en el barrio El Martillo.

 

“La jornada vivida en el barrio El Martillo el pasado domingo, parece haber sorprendido a buena parte de la ciudadanía y, en particular, a la casta política y mediática de la ciudad. Sin embargo, la situación de violencia extrema que se desató, durante más de 7 horas, no puede verse como un hecho aislado, ni mucho menos imprevisible.

Quienes trabajamos, vivimos y militamos en los barrios de la ciudad desde hace mucho tiempo vemos como se fue gestando el caldo de cultivo para que muchos de nuestros vecinos sean rehenes de un entramado de violencia, que de ninguna forma se hubiese podido originar si no contase con la mirada cómplice de sectores de la política, la agencia policial y la justicia.

Los relatos de los hechos nos cuentan que durante 7 horas el Estado estuvo ausente, y seguramente sea una mirada válida para aquellos que quieran ocultar que la ausencia del Estado es mucho más profunda que la inacción (o el dejar hacer) de la policía bonaerense durante el pasado domingo.

 Lamentablemente la ausencia del Estado en este y en muchos otros sectores de la ciudad no se limita a la franja horaria en la cual se desataron los hechos de público conocimiento, sino que data de largos años en los que la dirigencia política observó pasivamente como nuestra ciudad ascendía en el ranking de desocupación hasta alcanzar el primer puesto, a la par que se transformaba en la tercer ciudad en cantidad de asentamientos y viviendas precarias y mientras sus horizontes se expandían territorialmente sin proyectos serios de urbanización que acompañen esta tendencia.

Las imágenes, los relatos y los hechos del pasado domingo nos duelen, nos enojan y nos indignan, pero no nos sorprenden. Desde hace años venimos denunciando la desidia del estado, reclamando políticas activas que protejan a nuestros jóvenes desde la salud, la educación y el trabajo.

Creemos debe correrse el velo ingenuo de un mero ajuste de cuentas entre familias, el espiral de violencia desatado da cuenta de un trasfondo que deja ostensible, a los mercados ilegales de la droga, al narcotráfico y a la posibilidad de que la misma agencia policial que lleva a cabo la investigación de estos hechos, se encuentre involucrada ya sea por acción u omisión. En consecuencia, exigimos a la justicia que arbitre las medidas necesarias no solo para esclarecer los hechos, sino también para develar el entramado que subyace a los mismos, para los cual resulta evidente la necesidad de apartar a la policía bonaerense de la investigación. A la par que es necesario que el Estado avance en políticas activas de inclusión social, reinstaurando y ampliando los programas socioeducativos destinados a los jóvenes de nuestro barrios, con programas de tratamiento y prevención de las adicciones y avanzando en la integración de amplias zonas de la ciudad al ejido urbano con medidas que va  desde una revisión del sistema de transporte público de pasajeros,  la instalación de luminarias y el mantenimiento de pastizales y  terrenos baldíos”.