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Sin anuncios la dirigencia política lanzó la campaña electoral 2017 con el fin de empezar a tejer alianzas que les asegure triunfos electorales.

El PRO y la UCR son conscientes de que un resultado favorable les asegura un 2019 con éxito, de lo contrario los dos últimos años serán críticos. El PJ y el Frente Renovador miden sus posibilidades. Las fuerzas menores dependen de sus acuerdos.

Es un secreto a voces, pero en los ámbitos de la máxima dirigencia del PRO, de la CC y de la UCR, en particular estos últimos consideran que se deben agotar todas las instancias de gestión para que el ejercicio de la voluntad popular a través del sufragio les sea favorable. En el macrismo reina el optimismo, aunque no todos con la misma intensidad, ya que algunas voces afirman en la intimidad de que se deben afiatar la unidad con quienes comparten el desafío 2017. Senadores y diputados de la UCR insisten en diálogo con Parlamentario que las elecciones del año que viene, como se dio cuenta en la edición anterior, es una bisagra histórica que demanda sí o sí contar con una fuerza electoral que asegure el triunfo de Cambiemos; de lo contrario los dos años siguientes la gobernabilidad hasta las presidenciales será una agonía, y el clima en el Congreso de la Nación tendrá otra impronta, muy distinto del actual, en el sentido de aportes a la elaboración de las leyes y de dar el quórum, a la hora de colocar sus asentadoras en el recinto.
Veteranos en estas lides se remiten a lo que sucede cuando es adverso el mensaje de las urnas en los dos años anteriores al cierre de una gestión presidencial, en este caso Mauricio Macri, quien deberá sortear este escollo.
Cabe recordar que en las dos últimas elecciones de medio tiempo perdió Cristina Fernández de Kirchner.
En rigor, cuando el oficialismo de turno es derrotado en las urnas, los legisladores cambian sus conductas de colaboración y ellos ponen las condiciones para apoyar o rechazar la sanción de las leyes.
Los comicios de octubre serán vitales para Cambiemos, por eso intentarán potenciar sus acuerdos para lograr la mayor cantidad de legisladores, en particular en la Cámara de Diputados, donde los referentes de Cambiemos tejen permanentemente para lograr la sanción de las leyes que el Ejecutivo estima fundamental para su gestión.
Para la UCR, un Consejo Económico y Social con la presencia de miembros de la producción empresarial, sindical y movimientos sociales es una herramienta estratégica en la búsqueda de soluciones a los problemas originados en la transición económica. Una opción que todavía no es contemplada desde el primer piso de Balcarce 50.

La defensa del territorio
Esa fue la consigna esgrimida por los gobernadores del PJ a la hora de evitar las rupturas de los bloques tanto en el Senado como en Diputados. Tanto el kirchnerismo puro no se animó de armar un bloque propio, como así también los legisladores pejotistas, que dependen fundamentalmente de su jefe territorial.
En rigor la defensa del territorio es un lema que cruza a todos, dado que implica priorizar la gestión en sus respetivas provincias y no estar atado a lo nacional. En ese sentido las legislativas del año que viene van a tener esas características para armar las presentaciones electorales.
Es decir que los partidos cómo el Pro, la UCR, el PJ y el Frente Renovador tienen la suficiente fuerza para definir qué hacer, a diferencia de los que necesitan como el oxígeno de construir alianzas para pelear con éxito la decisión 2017.
En la ronda de consultas de Parlamentario, con legisladores de diferentes sectores, aceptaron que en cada distrito, en particular en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, ronda la idea de que los acuerdos sean los que garanticen el triunfo, sin que ello implique ceder en las convicciones ideológicas. El pragmatismo estará presente cuando se decida con quienes compartir la boleta electoral.
El Pro y sus socios de Cambiemos, ya está trabajando en esa dirección a través del ministro del Interior, Rodolfo Frigerio. El Senador 73 es uno de los encargados de llevar adelante los acuerdos y en sellar las pautas políticas con fuerzas regionales. Hasta ahora no le ha ido mal, incluso con caudillos regionales con peso histórico, como es el caso de Gerardo Zamora de Santiago del Estero y de Gildo Insfrán de Formosa, por ahora imbatibles, por citar un didáctico ejemplo. “Somos conscientes de la debilidad de nuestras fuerzas en determinados distritos”, dicen a regañadientes cuando se le pregunta.
La geografía electoral, entonces gira alrededor de los cursos de acción a pergeñar del Pro, la UCR, el PJ y el Frente Renovador, cuatro partidos que van a definir los resultados 2017. Cada paso que dan cada uno de ellos se orientan a conservar la defensa del territorio. En algunos casos en mantenerlo y resistir de quienes apuntan a horadar esa permanencia. En el caso del Pro, el espejo donde se miran es la provincia de Buenos Aires, donde María Eugenia Vidal eyectó al peronismo de la gobernación cuando nadie lo esperaba ni en sueños.
Funcionarios y los principales dirigentes aceptan en las conversaciones que la campaña electoral está presente en cada acto oficial, en cada movida. Por supuesto, que las evaluaciones son por ciertas diferentes a la hora de pronosticar los resultados.
La nominación de senadores y diputados nacionales es motivo de permanentes intercambios de ideas sobre quienes tienen reales posibilidades de seducir a los votantes. En algunos distritos, incluso ya comenzaron a anotarse dirigentes de peso, como Juan Manuel de la Sota en Córdoba, que encabezaría la lista de candidatos a diputados nacionales, el ministro de Agricultura de la Nación, Ricardo Buryaile sería candidato a senador nacional, por citar algunos.

Los otros
Un panorama diferente es la que tienen que enfrentar los partidos políticos que carecen de una envergadura propia, paridos en la fragmentación del ejercicio de la soberanía popular en las últimas elecciones como se refleja en la composición del Congreso de la Nación con la cantidad de siglas que la habitan.
Partidos como Libres del Sur, GEN, CC, Peronismo Federal, Peronismo Pampeano, Proyecto Sur, Unión por Córdoba, Partido Socialista, ECO, Partido Solidario, MAS, Nuevo Encuentro, entre otras, le es imposible presentarse en soledad como alternativa al cuarteto citado anteriormente.
Su permanencia en el tablero electoral pasa por tejer alianzas para no quedar aislados y quedar al margen de la historia. Revisar sus últimos acuerdos depara más de una sorpresa como lo admiten en las conversaciones, al tiempo que reconocen que son partidos nacionales al tener más de cinco distritos, pero no lograron crecer lo suficiente para pelear con los caudillos regionales o los gobernadores.
En cambio los que tienen resuelto esa situación es la izquierda y de no mediar una grieta el Frente de Izquierda de los Trabajadores seguirá coleando gracias al Partido Obrero, Partido Socialista de los Trabajadores, Pueblo en Marcha, entre otras siglas, quienes dejaron por ahora sus particulares interpretaciones de la realidad nacional y la declamada salida “obrera y popular” a la crisis del capitalismo vernácula.
Cada una de estas fuerzas menores, y esta calificación no es para desmerecerlos, sino simplemente para ubicarlos en el panorama 2017.
Todos ellos sueñan con dejar de ser testimoniales y dejar de jugar en segunda, sino en primera, que es la utopía siempre presente, más allá de los resultados de las recientes elecciones.

La ingeniería electoral
Las ambiciones de la dirigencia partidaria de todos los signos tiene como contexto la propuesta de impulsar una reforma electoral que comprende la implementación de la boleta electrónica, la eliminación de las lista colectoras y las candidaturas múltiples, la obligación de los debates presidenciales. También para fortalecer el vínculo entre partidos políticos, además de organizar las Primarias Abiertas y Simultáneas y Obligatorias (PASO) con la propuesta el voto obligatorio dentro de una única agrupación, para luego seleccionar entre listas de la misma.
La Boleta Única Electrónica es un sistema de voto electrónico que se utiliza en elecciones de la provincia de Salta desde 2009. Este sistema luego fue utilizado en los comicios del 2015 para elegir Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación será el ámbito para empezar a sintetizar estas propuestas con la idea del oficialismo que sea sancionada antes de fin de año para que sea implementada en la decisión 2017. Lógicamente van a florecer las voces de apoyo y de rechazo en el sentido de que esta reforma electoral sea rápidamente lleva a la práctica el año que viene.
Una reforma que obligará a las representaciones parlamentarias a explicitar públicamente cuáles son sus posiciones en relación a una demanda de que ha llegado la hora de contar con nuevas reglas electorales para disipar definitivamente las sombras sobre los resultados electorales realizados en los últimos años.
Entonces este es uno de los actos de la campaña electoral ya en marcha, pese a que falta más de un año para las elecciones parlamentarias. Es que la decisión 2017 no es una elección más, es la que marcará el primer balance de la gestión del Pro de Mauricio Macri que se inició el 10 de diciembre 2015. Un verdadero desafío para el partido amarillo y sus socios, ya que un revés electoral será un suplicio. De su dirigencia depende torcer el actual rumbo económico que los tienen a mal traer. Si lo logran tendrían casi asegurado el triunfo.

Fuente: Parlamentario