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Siguiendo con la saga de “Vida minimalista: la moda japonesa de tener poco para ser feliz” (Infobae), “Marucha, un corte alternativo y económico para el asado” (La Nación) y “Vivir en 30 metros cuadrados, una tendencia que crece entre los porteños” (Clarín) ahora llegó “Vacaciones: descansar y aburrirse también es muy sano. Los expertos aconsejan no abrumar a los chicos con actividades” (La Nación).

En esta última nota nos quieren convencer de que no hacer nada, no salir de casa y aburrirse es la mejor manera de pasar las vacaciones de invierno, pero con algunas contradicciones a las que nos referiremos más abajo.

El denominador común de las “actividades” que nos propone La Nación para pasar las vacaciones sin “abrumar” a los/as niños/as es que ninguna implica una erogación monetaria. Es decir, son gratuitas.

Obviamente, en línea con la crisis económica que ya es inocultable, La Nación nos acompaña en esta aventura de la pérdida del poder adquisitivo de la mayoría de la población por la inflación galopante y los tarifazos obscenos. En fin, si no podemos hacernos una escapadita a algún centro turístico (que durante 12 años nos mintieron con que podíamos hacerlo) o pagar una entrada (o varias) al teatro o al cine, podemos aburrirnos tranquilos en casa.

Pero es notorio que acá no hay un “sinceramiento”, ya que en el artículo no hay ni una referencia a la crisis económica o a la disminución del poder adquisitivo, despidos e inflación, entre otros males.

Viajemos un poquito al pasado… ¿Qué decían las notas de La Nación un año atrás en plena mentira kirchnerista?

“En el inicio de las vacaciones de invierno, hubo vuelos demorados y cancelaciones en Aeroparque” y “Vacaciones de invierno: Bariloche, Mar del Plata y Mendoza, las más elegidas por los turistas”.

 Y detallaba:

“La Montaña y la costa. Ésas parecen ser las opciones de miles de personas en estas vacaciones. Ayer, Bariloche, Mendoza y Mar del Plata amanecieron repletas de turistas dispuestos a disfrutar de sus atractivos, un día antes de que comience el receso invernal en la Capital y la provincia. En tanto, los operadores del sector proyectan, sobre todo en el Sur y en Mendoza, un fuerte afluente de turistas gracias a las fuertes nevadas que se registraron en las últimas semanas.”

Es decir, la gente no viajaba porque podía sino porque había mucha nieve en los centros de ski.

Volviendo al artículo que nos ocupa, encontramos algunas contradicciones pero nos limitaremos a una muy llamativa.

Leyendo la nota surge una pregunta (entre otras tantas) ¿Hay que quedarse en casa por una cuestión sanitaria o hay que salir al aire libre? Primero dice el artículo que hay que quedarse en casa para prevenir enfermedades. Después afirma que hay que salir al aire libre porque las bacterias se reproducen “puertas adentro”.

“Los especialistas les encontraron dos funciones principales a las vacaciones: desde el punto de vista sanitario, sirven para que los chicos se queden en sus casas durante las dos semanas más frías del año. También tienen la función de interrumpir en pleno invierno el ciclo de contagio de las enfermedades dentro del aula.”

“Muchos padres tienen miedo de que sus hijos tomen frío. Sin embargo, el exterior es un ambiente en el que los virus y las bacterias no se reproducen, como sí ocurre puertas adentro.”

Terminamos de leer el artículo y no sabemos qué hacer para proteger a los niños de las enfermedades, si encerrarlos en casa para prevenir el contagio de enfermedades y resguardarlos del frío o si llevarlos a pasear al aire libre, ya que el temor de los padres a que sus hijos pasen frío y se enfermen es una idea equivocada y conviene salir porque en el exterior los virus y bacterias no se reproducen, “como sí ocurre puertas adentro.”

En fin, en los tiempos que corren cualquier recurso es bueno para disimular o hacer más “pasable” la crisis que el gobierno y los medios de comunicación “afines” (casi todos) intentan tapar. (Fuente: Espacio Popular)