El martes 16 de agosto, se desarrolló en la sede del Departamento de Artes Dramáticas de UNA (Universidad Nacional de las Artes), el homenaje al actor Hugo Federico González Castresana, al cumplirse 40 años de su secuestro y desaparición, víctima del terrorismo de Estado implementado por la última dictadura cívico-militar.
La vieja casona de la Escuela Nacional de Arte Dramático fue el ámbito ideal para llevar adelante el acto homenaje, presidido por su ex compañera, Cecilia Rossetto; el escritor Osvaldo Bayer; Nora Cortiñas, titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Participaron numerosas personalidades del mundo de la cultura y los derechos humanos. Por la Asociación Argentina de Actores, se acercaron a honrar la memoria de Hugo, la presidenta Alejandra Darín y Carlos Berraymundo, prosecretario gremial. Luego del acto, organizado por UNA y BarriosxlaMemoria, se colocó una baldosa en los muros de la Escuela para mantener siempre presente al compañero actor.
“Hugo egresó de esa casa de estudios y, según siempre nos manifestó, fue una época feliz de su juventud. Fueron años de solidaridad y amistad en los inicios de una carrera que lo apasionaba.Fue director, músico y maestro. Gozó del cariño y respeto de Saulo Banavente, Carlos Somigliana, Roberto Durán, Camilo DaPassano y Germán Rozenmacher entre otras grandes personalidades del mundo teatral. Luego de tres intensos años en los cuales trabajó en el Teatro San Martín, el Nacional Cervantes, ciclos de teatro en televisión y como profesor en el SHA, se entregó de lleno a la militancia”, expresaron los organizadores.
Durante su detención en la Unidad 9 de La Plata, Hugo escribió una carta donde expresaba "el teatro representa mucho en mi vida. Sólo que un día uno abre los ojos como un recién nacido y ve cuánto egoísmo puede esconderse bajo esas banderas. Así fueron mis renuncias a los puestos "cómodos" del Teatro San Martín y a las cátedras del Sha y del Conservatorio. Cuando nosotros luchábamos por un teatro para el pueblo, el pueblo estaba en las calles y plazas. Y si uno lucha por un teatro socialista, si sus ideales de teatro son puros, lo mejor que puede hacer es luchar por la Patria Socialista pues si es mucho lo que uno puede dar al teatro, es mucho lo que puede dar a la Revolución. Que cada uno elija su destino y, si su elección es verdadera, entonces pueden privarlo de su libertad, de ver a su madre, a su mujer, a sus amigos y compañeros, y siempre va a creer que la vida es hermosa."
