Las transferencias a las provincias, ya sean como inversión directa de la Nación para la ejecución de obra pública o para adquirir equipamiento, se redujo un 30% en lo que va del año.
Si bien el recorte nominal fue del 7% por efecto de la inflación que Cambiemos no puede controlar, el mismo trepó al 30%. Según varias versiones, el próximo 14 de junio -día que comienza el Mundial de Fútbol Rusia 2018- Mauricio Macri anunciaría el acuerdo con el FMI, que rondaría los U$S 40 mil millones. Argentina reingresa en una etapa oscura de dependencia económica, con un final predecible y conocido por los argentinos, que pone en serio riesgo la paz social.
Luego de que el (ahora, súper) ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anunció pocos días antes de formalizarse el regreso decidido por la Alianza Cambiemos al Fondo Monetario Internacional (FMI), que recortaba $ 30.000 millones que iban a ser destinados a obra pública en varias provincias; la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires y Corrientes (todos distritos gobernados por Cambiemos), recibieron más fondos que el año pasado, en detrimento al resto de las provincias del país (De hecho, las más perjudicadas por el recorte son Chubut, Mendoza, Formosa, La Pampa y Río Negro).
El regreso al FMI y el ajuste a las provincias, más temprano que tarde, finalizarán en la puesta en vigencia de cuasi-monedas (tal como sucedió en 2001), debido a que será casi imposible sostener los gastos locales.
