A pesar de que la batería mediático/política oficialista intenta imponer un país de fantasía, donde la supuesta reactivación empezó a “derramarse”, los datos de la realidad son la única realidad.
Mientras las importaciones crecieron un 25 por ciento en e agosto, respecto al mismo mes del año pasado, las exportaciones bajaron un 9.2%. El déficit comercial registró el peor balance en dos décadas, ubicándose en 1.083 millones de dólares. El déficit acumulado en lo que va de este año, ya asciende a 4.498 millones de dólares. Las consecuencias de un proyecto económico que reduce la presencia del Estado a un hecho formal, y profundiza la “Mano Invisible del Mercado”, como principal patrón de ejecución económica.
Los datos publicados por el propio INDEC, dan cuenta de la reversión de una de las pocas fuentes de generación de divisas que se considera sostenible, producto de las políticas de apertura indiscriminada de importaciones, que destruyen la producción nacional de distintos productos e insumos.
En este sentido, el crecimiento del 25 por ciento en las importaciones que se registró en agosto, y la baja de las exportaciones del 9.2% en el mismo mes, arrojaron el peor balance comercial de los últimos veinte años: 1.083 millones de dólares.
En este contexto, además, el sector rural guarda soja a la espera de la baja de retenciones prometida por el Gobierno Nacional y la suba del dólar.
Según detalla el informe presentado por el INDEC, la baja en las exportaciones se debió en partes iguales a la merma de las cantidades vendidas y a la caída de los precios de exportación.
