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Por miedo a un corralito, los pequeños y medianos ahorristas empezaron a sacar dólares de los bancos. Sin embargo, todavía el sistema bancario se mantiene sólido.

 

Desde el 28 de agosto pasado, fecha de la última disparada del dólar, algunos economistas comenzaron a trasmitir algunas señales de alarma, que los medios hegemónicos que conforman diariamente la agenda de temas, buscan soslayar.

Justamente lo que no aparece en la tapa de los diarios, que luego se reproduce en los canales de noticias y los informativos radiales, para luego multiplicarse en los miles de medios de comunicación de todo el país, es que los ahorristas “están empezando a sacar, lentamente, sus ahorros de los bancos. En solo 12 días, salieron 1600 millones de dólares”, revela el economista Mariano Kestelboim en su cuenta de Twitter. 

El economista señala que “hay 2 factores centrales que moderan la caída de los depósitos”, por un lado “la regulación bancaria sin reserva (de entre 24 y 48 hs), no entregan más de 5.000 dólares, y por el otro “los depósitos se realizan en general por home banking. Eso compensa fuerte a la salida de depósitos por ventanilla”.

“Lo del home banking no es para nada menor –agrega Kestelboim-, no sólo porque el nuevo hábito de compra implique un mayor registro en el sistema que compensa la salida neta de depósitos, sino porque modera sustancialmente el efecto contagio”.

En tal sentido, el economista sostiene que este nuevo hábito de operar con el dólar, en otras épocas se caracterizaba por “las largas colas para comprar dólares, sin los sistemas de protección visual de hoy, generaban un mayor pánico que aceleraba las corridas”.

“Ese efecto de alarma por contagio ya no impacta y hay un virtual ingreso de dólares al sistema vía home banking. Ergo, las nuevas tecnologías hacen que el límite para tomar deuda sin respaldo sea aún mayor, lo cual puede provocar que el desenlace de la crisis sea aún más duro”, asegura Kestelboim, en su cuenta @marianokestel. (InfoGEI)

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