Diarios viejos tirados en bolsas, botellas vacías tiradas en bolsas, mujeres quemadasvioladasempaladas tiradas en bolsas…
La mujer es cosa de hombres.
Como adornos en un comercial de venta de coches, o carteles culo- móviles en un ring de box, o entretenimiento para la tribuna, o tetas revolvedoras en los sorteos de tv y hasta como carne de relleno para empanadas de Tinelli.
Recién volvemos de participar en la manifestación de repudio por el femicidio de Lucía. Mientras ella se ve tan viva y tan niña desde todos los carteles con su foto , una compañera pregunta cómo seguir en medio de tanto dolor. Cómo revertir esta realidad de estar perdiendo la cuenta y como dice Ana, olvidando ya sus nombres. Son tantas! (te acordas la chica esa cómo era la que la colgaron frente a sus hijos o era la otra, la que el novio la enterró porque estaba embarazada, no, esa era otra.)
Comenzar la deconstrucción de un sistema socio cultural que ha instalado como verdades absolutas que las mujeres somos cosas, es un buen inicio.
Mientras el patriarcado apoyado bien firme sobre un colchón capitalista parece gozar de buena salud, las mujeres nos organizamos y damos batalla. La correlación de fuerzas es muy despareja. La propiedad privada protegida, garantizada y sagrada comprende también la propiedad sobre las mujeres. Y esto se aprende desde niñ@: se va metiendo subrepticiamente entre cuentos de princesas que esperan ser rescatadas, con arroces con leche con señoritas que sepan bordar, con juegos buenos días su señoría yo quería una de sus hijas mantantirulirulá, con rincones de la mamá, con kinders rosa y celeste.
Es preciso deconstruir para reconstruir un tejido social nuevo, con vínculos que permitan relacionarse desde la paridad y el respeto.
En la calle o en casa. Un desconocido o un familiar. El que nos odia o quien juró ante su dios amarnos y respetarnos para siempre. Un amigo de la infancia o el que conocimos por internet. No importa edad ni vestimenta. Ni religión ni condición social. Country o villa. Porro o clonazepan recetado:
No soy yo; sos vos macho.
Verónica Lagos, abogada, referente del Espacio Género y Diversidad de Nuevo Encuentro Mar del Plata.
