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Es fundamental la articulación de la presencia opositora en el Poder Legislativo con la movilización en las calles, para empezar a frenar de manera real las políticas de hambre y miseria del macrismo.

 

Un día triste para la Patria, este 20 de junio. Con la promesa por parte del gobierno de la alianza Cambiemos de aplicar un mega ajuste, que implica más reducción del denominado “gasto público”, mayores recortes en los subsidios de las tarifas de agua, gas, electricidad y transporte público, congelamiento de un porcentaje importante de la obra pública, rebaja de salarios y más despidos en la administración pública y la venta del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que garantiza las actuales y futuras jubilaciones (es decir, una puerta de entrada al regreso de las AFJP), entre otros aspectos -ver el detalle completo de las 33 carillas del acuerdo en la nota-, el FMI transfirió los primeros u$s 15 mil millones, de un total de u$s 50 mil millones que prestará a la Argentina en un plazo de 36 meses, siempre y cuando el gobierno que encabeza el presidente-empresario Mauricio Macri, pueda cumplir con su plan de mega ajuste. Ya comenzó el monitorio del FMI a nuestra economía nacional. Argentina vuelve a ser una colonia y se mira en el espejo de Grecia.

Con la transferencia de los primeros u$s 15 mil millones por parte del FMI (cuya mitad, u$s 7.500 millones serán destinados sólo a contener la corrida cambiaria y alimentar la bicicleta financiera), a través de cuentas designadas por el BCRA en el Banco de Pagos Internacionales en Basilea, Suiza, la Argentina selló su futuro de dependencia, y salvo que las calles del país sean tomadas por cientos de miles de compatriotas pertenecientes a las distintas organizaciones libres del pueblo, en rechazo a este demencial y antinacional acuerdo -que además, y tal como lo establece la Constitución Nacional en el inciso 7 del artículo 75, debe ser tratado por el Congreso Nacional, cuestión que es negada sistemáticamente por el oficialismo- nuestro pueblo, sus futuras generaciones, volverán a transitar por el oscuro camino del sometimiento económico externo, y la pobreza será la condición común tanto para los que votaron a este gobierno, como para los que no lo hicieron.

Con el otorgamiento del denominado “Crédito Stand-By” por u$s 50 mil millones a 36 meses, con tasas promedio del 4.96 por ciento anual -el crédito más grande la historia económica nacional- el gobierno de la Alianza Cambiemos superó con creces a sus antecesores de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica, Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de La Rúa, quienes endeudaron de manera sostenida al país.

El Paro del 25 de junio y la fallida Sesión Especial en el Congreso para tratar el acuerdo del FMI con el gobierno de la alianza Cambiemos

El pasado miércoles 19 de junio, el bloque de diputados nacionales del FpV-PJ convocó a una sesión especial en la Cámara Baja para que el acuerdo con el Fondo sea tratado allí, tal como lo establece el inciso 7 del artículo 75 de la Constitución Nacional

Sólo fue acompañado por el bloque del Movimiento Evita y los tres diputados trotskistas.

Más allá de cierta rapidez con la que fue convocada dicha sesión especial, y la falta de un diálogo más claro por parte del bloque del FpV-PJ con los bloques Renovador y Argentina Federal, es claro que la ausencia de estos diputados con quienes sí se logró consensuar la ley Anti-tarifazo, que finalmente se votó en ambas Cámaras y el Presidente vetó a las pocas horas de su sanción; favorecieron al oficialismo en la ejecución de su plan de miseria planifica que impone este acuerdo.

Sin embargo, el próximo lunes 25 de junio -y por presión de las bases obreras organizadas en las distintas regionales de la CGT- la Confederación General del Trabajo convocó al necesario paro nacional de 24hs contra las políticas del macrismo. Si bien será una jornada sin movilización, es una oportunidad para que los distintos sindicatos que integran la principal organización de trabajadores del país, junto a quienes se agrupan en las CTA, comiencen a definir un plan de lucha para ser llevado adelante, con la venia o no, de la actual conducción tripartita de la CGT.

Es fundamental la articulación de la presencia opositora en el Poder Legislativo con la movilización en las calles, para empezar a frenar de manera real las políticas de hambre y miseria del macrismo, y expulsar -en el breve lapso que queda por hacerlo- al FMI del país. El Fondo sólo garantiza sumisión, como el macrismo sólo garantiza miseria. La única manera de parar este ataque brutal contra los intereses de nuestro pueblo es con la unidad del peronismo, primero, por ser el natural articulador del campo nacional y popular para que de allí surja un plan de lucha en el corto plazo, y se garanticen internas abiertas de cara a las cruciales elecciones presidenciales del 2019, para legitimar con el voto de la ciudadanía la fórmula que enfrentará la entrega de la soberanía nacional, la independencia económica y el ataque permanente a la justicia social que lleva adelante este gobierno.

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