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Los Reyes y Papa Noel no existen y a la gente solo la ayuda la gente, no existe más iluso que el iluso que aun espere, que la mano será del que lo Gobierne” - Fantasía o Realidad, Callejeros.

El fin del año usualmente se presenta como un momento oportuno para realizar balances y sacar conclusiones acerca de los más variados temas. Algunos se preguntan si alcanzaron sus objetivos laborales, académicos, familiares, otros si cumplieron con sus responsabilidades cotidianas. ¿Paso rápido o lento? ¿El próximo será mejor o peor? Más de uno intenta auto justificar su suerte, poner en la balanza, realizar algún artilugio, promesa o directamente entregar todo a la voluntad divina. 

Quienes preferimos ser lo más realistas posible, nos convence la idea de que por mas sentido de unión, fraternidad y alegría que pueda traer consigo “las fiestas”, las porciones del pan dulce (para otorgarle un sentido navideño) quedan siempre en las mismas manos. Por ello, lo más justo es dilucidar quienes han sido los grandes beneficiados en el año que transcurrió, para comprender que el sentido atribuido a esta fecha no tiene nada que ver con lo que se vive día a día.

En concordancia con lo sucedido a nivel nacional, en Mar del Plata las políticas llevadas adelante por el Intendente Arroyo, no hicieron más que beneficiar a los empresarios y los sectores acomodados. La quita de retenciones al campo, la eximición de impuestos a las grandes industrias y la fuerte devaluación de Enero, se acoplaron a los aumentos desmedidos de las tarifas de servicios, los recortes en los derechos sociales y la inflación galopante.

Mientras la Navidad parece beneficiar los intereses de los que nos Gobiernan y sus amigos, debajo del árbol de los trabajadores encontramos aumentos en los niveles de desocupación y precarización laboral, profundización del impuesto al salario y deterioro general de nuestras condiciones de existencia. La evaluación desde su perspectiva es positiva, en solo un año llevaron todos los índices por debajo de sus niveles históricos y al país a un callejón sin salida en términos económicos.

Su gran merito, si se quiere, fue alinear a toda la burocracia sindical y la supuesta oposición detrás de un programa completamente conservador argumentando que era necesario para todos corregir los errores del pasado. Con esta afirmación, la demagogia con la que les pidieron “un esfuerzo” a los trabajadores y los que menos tienen resulto un caldo de cultivo para legitimar sus grandes objetivos: contraer mayor deuda externa, eliminar conquistas laborales y reducir salarios.

Los Reyes y Papa Noel no existen, la única salida para los que sufren estas medidas será comprender que ningún Gobierno regala nada y que no es posible confiar en sus promesas. La experiencia en Argentina y en la Ciudad demuestra que no les será fácil continuar con sus intentos de llevarse por delante la historia de un pueblo que sabe cómo enfrentar el ajuste.

Gonzalo Peruzzaro. Docente ~ Investigador UNMDP. Militante del Votamos Luchar.