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Por Oscar Cuartango.

 

Con  gran prudencia  y mesura de parte de la oposición, el país transita el camino de las PASO a la elección presidencial, con un resultado electoral ampliamente desfavorable e inesperado para el oficialismo que desató una crisis cambiaria y económica de consideración.

Ello determinó la huida de Nicolás Dujovne de la conducción  económica, la adopción por parte del gobierno de medidas pseudo-populares impensables en su ideario natural, con una finalidad claramente electoralista  en las que no cree, ni están en su A.D.N.

El Ministro saliente es reemplazado por Lacunza, hasta entonces titular del área económica de la provincia de Buenos Aires, que no implica un cambio político alguno, ya que deja tras sí una provincia desbastada, con deuda en dólares sin precedentes, niveles de desocupación a la fecha de su asunción, igual que la pérdida del poder adquisitivo del salario del sector público provincial y un irresuelto conflicto laboral docente sin precedentes, que se trasladó de un año lectivo al otro.

Todo ello nos permite pronosticar que no hay variación de fondo alguna en las políticas macroeconómicas, sino meros paliativos electorales que se implementan solo hasta fin de año y que el  cambio ministerial es meramente cosmético ya que nos encontramos, dicho en términos camperos, con  el mismo paisano con distinto poncho.

Los gobernadores opositores asistieron a reuniones con el Presidente de la Nación y el nuevo responsable de la economía y fueron contestes en manifestar su disconformidad con las medidas, que el costo de las mismas recaiga mayoritariamente sobre las economías provinciales, como así también manifestaron la necesidad de estabilizar el valor del dólar en torno a los $ 60 por unidad, ya que de ello depende la estabilidad de los precios internos.

El costo de las medidas, no debe recaer sobre las economías provinciales, sino sobre los sectores económicos que resultaron los grandes beneficiarios de la gestión del Presidente Macri, el sistema financiero, empresas energéticas y de servicios, etc.

Carlos Verna, Gobernador de la Pampa puntualizó el carácter petrolero de su provincia y que no había sido así considerada por el gobierno nacional, lo cual solicitó se subsanara.

Merece destacarse, por su impacto en la salud de la población, en especial los enfermos crónicos y adultos mayores, el considerable incremento en el precio de los medicamentos.

En este complejo cuadro de situación económico social, en el marco de un tránsito electoral que se avizora orientado hacia un cambio de color político en la cumbre del poder, son los actuales responsables de ejercer el gobierno los que actúan con un alto grado de improvisación e impericia, con exabruptos y posterior pedido de públicas disculpas presidenciales.

Ello, sin considerar las denuncias efectuadas públicamente por Martín Redrado, quien afirmara en los medios de comunicación que el Presidente de la Nación ordenó al Banco Central no intervenir ante la disparada del dólar, aún en contra de su propia reglamentación interna, como castigo a la voluntad popular manifestada en las urnas.

En medio de semejante desorden, hay que extremar los esfuerzos para contener la crisis, celebrar las elecciones de octubre y según el resultado, arribar al traspaso del poder el 10 de diciembre en un marco de paz social y estabilidad económica.

Pero hay que tener en claro que, si bien la oposición colabora -y lo está haciendo responsablemente-, hasta el traspaso, es el presidente y su equipo quienes tienen la responsabilidad de gobernar.

Difícil empresa para quienes han demostrado tan alto grado de improvisación e impericia y una reacción caprichosa y vengativa hacia el Pueblo que manifestó su voluntad en las recientes elecciones.