Por Dra. Juana M. Colombi.
El mundo, las personas que viven en él, estamos viviendo una situación límite, ocasionada por un extraño y pequeño “ser”, que ha puesto en duda todo lo establecido.
Aparece nuestra ANGUSTIA, en un mundo donde el capitalismo y los medios de comunicación plantean certezas ficticias, sociedades organizadas de plástico y dinero, de SERES EN SERIE.
Nos hemos dado cuenta de que somos humanos, finitos, vulnerables, que lo material y externo no nos exime de la MUERTE. No solo física sino de nuestra psiquis y nuestra interioridad. Hemos podido ver el lado sublime y el lado oscuro del ser humano. La miseria y la grandeza.
¿Nos permitirá, esta crisis, poder pensarnos más enteros, más generosos, más respetuosos, más observadores y reflexivos?
¿Podremos aprender a sostener la incertidumbre de ir descubriendo cada momento, de vivirlo para analizarlo y poder aprender y aprehender de él?
¿Podremos entender que no somos el centro del mundo?
¿Podremos descubrir cuál es nuestra esencia y sentir que somos parte de un TODO?
¿Podremos intentar repensar lo organización de la sociedad y la distribución del trabajo y las riquezas?
El aislamiento puede sumirnos en la angustia, la tristeza y aún la desesperanza, pero puede impulsarnos a llegar al fondo de nuestra esencia para tratar de reconstruir un “Hombre Nuevo”.