Fernanda Raverta publicó en su cuenta de Facebook un comentario motivado por su encuentro con Martina, una niña que aprendió a tocar el violín en la Orquesta Infanto Juvenil. Por su valor testimonial lo reproducimos a continuación:
En Mar del Plata asumió la nueva gestión y suspendió los programas de la Secretaría de Cultura a través de los cuales se dictaban talleres en los barrios. Se calcula que casi 13 mil chicos y chicas se vieron afectados por la suspensión de los capacitadores.
Un ejemplo es el de la Orquesta Infanto Juvenil, que dictaba clases en 20 sedes incluyendo a 1600 niños, niñas y adolescentes, entre 6 y 16 años de edad.
Martina y su dulce melodía.
Martina tiene 10 años.
Su color preferido es el azul.
Tiene dos amigas preferidas y una mamá que pronto le dará una hermana, Sarita.
Asiste a la escuela de su barrio, todos los años es abanderada y es delegada de su curso.
Toca el violín.
Martina aprendió a tocar el instrumento en la orquesta infanto juvenil de Mar del Plata.
Sueña con ser profesora de música, como Belu.
Su violín suena hermosamente, aunque piensa en comprarse otro, uno que sea profesional.
En nuestra ciudad existen otras Martinas, que supieron sentirse abrazadas por un Estado que pensaba en ellas.
En nuestra ciudad florecen día a día testimonios de niñas, niños y adolescentes que desean poder elegir, entre la música, el deporte, un oficio, una profesión… se imaginan cocineros, médicos, pintores, maestros, músicos, futbolistas…
Sólo quienes tengan la oportunidad de conocer y transitar estas experiencias durante sus caminos formativos, podrán elegir.
Creo en un Estado que brinde esas oportunidades, creo en Martina, creo en las historias individuales que trascienden en colectivas cuando son acompañadas por una política pública sensible.
Conocer a Martina es conocer un poquito más ese enorme potencial que tiene nuestra ciudad, en cada barrio, en cada esquina, en cada escuela, en cada familia.
Mar del Plata crece desde el pie.
