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Por Maximiliano Borches.

 

Acorralado por el rechazo cada vez más creciente a las políticas que aplica, como a su propia persona, el empresario-presidente Mauricio Macri echó mano a uno de sus últimos recursos para ganar algo de tiempo político, e intentar distraer la atención de la ciudadanía en los temas que verdaderamente afectan su cotidianeidad, y cada vez en más casos, su propia existencia: la falta de trabajo, los tarifazos, el hambre, la pobreza. En este sentido, se llevó a cabo un nuevo despliegue mediático/político/judicial contra Cristina Fernández de Kirchner -a quien el juez Claudio Bonadio citó a declarar el próximo 13 de agosto- y distintos exfuncionarios y empresarios vinculados a los gobiernos que encabezó la hoy senadora nacional por el FpV-PJ, en una investigación por presuntas coimas en la obra pública. En tanto, la luz aumentó a partir de hoy otro 28%, continúan las perdidas de puestos de trabajo en todo el país y a diario se degrada la calidad de vida de los argentinos.

El primer día hábil del mes de agosto, comenzó con un nuevo tarifazo en el consumo de la energía eléctrica, que en el caso de los usuarios residenciales  es del 28%, y para los comercios 19%. Además, en el transcurso de este mes volverán a aumentar el gas (en promedio un 30%), los combustibles (un 7% en promedio), la medicina prepaga un 7.5%, el transporte público (en promedio un 30% en los próximos tres meses), a la vez que el costo de la renovación del DNI pasó de $100 a $300, y del Pasaporte, de $950 a $1500. A su vez, también se registra un aumento del 7% en autos 0Km.

El impacto directo de estos aumentos se verá reflejado -una vez más- en el precio de la comida, una necesidad de existencia humana, que cada vez se parece más a un lujo en la Argentino de estos tiempos

En el marco de este contexto, que se presenta como una verdadera bomba de tiempo social, el gobierno de la alianza Cambiemos vuelve a echar mano de uno de los recursos que más efectividad le brindó en sus primeros tiempo de gobierno: la puesta  en marcha de un dispositivo político/judicial/mediático contra la ex presidenta -y actual senadora nacional- Cristina Fernández de Kirchner, y varios ex funcionarios y empresarios ligados a su gobierno, con el diputado nacional preso sin condena, Julio De Vido, como mascarón de proa.

Lo curioso, si se permite esta expresión, es que en momentos donde la figura de Cristina Fernández de Kirchner vuelve a aparecer en el centro de la escena política; concretamente el próximo viernes 3 de agosto participará de un plenario de delegados del sindicato SMATA, en Cañuelas, y su imagen positiva comienza a repuntar según todas las encuestas conocidas en las últimas semanas, el juez Claudio Bonadio, la citó a indagatoria el próximo 13 de agosto, en un investigación por presuntas coimas en la obra pública

Por este motivo, hasta el momento del cierre de esta nota, por orden del juez Bonadio, se encuentran detenidos los empresarios Gerardo Ferreyra y Luis Neyra, de Electroingeniería, Héctor Sánchez, de IECSA (la ex empresa del primo hermano del presidente Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra); Walter Fagyas, exdirector de ENARSA, junto a Rafael Llorens, exsubsecretario de Legales del entonces Ministerio de Planificación Federal; Nelson Lazarte, exempleado del despacho de Julio de Vido cuando era ministro; y Hugo Martín Larraburu, exempelado de la Jefatura de Gabinete.

Respecto a los  indagados que fueron citados a declarar por el juez que figuraba en la “servilleta” de Carlos Corach: Claudio Bonadio, estos son: el exjefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; Oscar Parrilli, exsecretario de Legal y Técnica; José María Olazagasti, exsecretario privado de Julio de Vido; el empresario Rudy Ulloa Igor; Juan Lascurain, extitular de la UIA; el exjuez Norberto Oyarbide; y el exministro de Planificación Federal y diputado nacional preso sin condena, Julio de Vido.

Las órdenes de detención e indagatoria, se dispusieron luego de que el exchofer de Roberto Baratta (Exsecretario de Coordinación y Gestión en el Ministerio de Planificación Federal), Oscar Bernardo Centeno, quedó detenido acusado por su Exmujer de transportar supuestos “bolsos con dinero” a la Casa Rosada.

Una trama burda que resignifica aquel costó sideral para el Estado Nacional, que significó la puesta en escena durante 2016, de topadoras y otras maquinarias buscando supuestos bolsos de dinero enterrados en la Patagonia, que el guion repetido por los principales medios de comunicación indicaba que pertenecía a la familia Kirchner. Nada de esto se comprobó, jamás.

La pregunta que inquieta, y que en estas horas se torna inevitable, es: ¿Cristina Fernández de Kirchner repetirá el destino impuesto al Expresidente de Brasil, Inacio “Lula” Da Silva, preso en la actualidad?

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